Patricia Vico. Interpreta a la ambiciosa alcaldesa de Todo por el juego, en 0#
Nos habla de la segunda tanda de la ficción sobre el lado oscuro del fútbol, en la que da vida a una alcaldesa ávida de poder.
Disfruta de un momento dulce. La vuelta al cine de Patricia Vico de la mano de Garci , en El crack cero, coincide con el estreno de la segunda entrega de Todo por el juego, donde repite como Nuria Ballesteros, una alcaldesa sin escrúpulos.
¿Qué depara esta tanda?
Es muy convulsa, los personajes se hunden más en la mierda, la mafia rusa gana protagonismo y la criminalidad es muy explícita, se ve aún más.
¡Es arriesgada!
Sí, no va de buenos o malos. Los protagonistas son profunda
mente inmorales y la corrupción en el fútbol, en política, en negocios... no se oculta, es cotidiana.
¿Cómo la maneja tu personaje?
Nuria se enfrenta a una moción de censura y hará lo que sea para que no le quiten la alcaldía. Además, empieza a tener problemas con su propio partido, y los rusos, sus valedores, la amenazan con retirarle su apoyo. Ella, además, se desfoga boxeando. ¿Qué te ha exigido el papel?
La primera temporada, el boxeo me dejó físicamente hecha una pena (ríe). Y me costó mucho entender y adoptar su sangre fría y aplomo, dentro de su ansia de
poder desmedida, porque yo soy todo lo contrario. Ha fichado Roberto Drago, colega tuyo en Hospital Central.
Me encantó reencontrarnos. Volver a tener secuencias juntos era algo surrealista. Cualquier cosa que venga de ese proyecto es placentera porque fue una etapa muy importante para mí y nos queremos todos un montón. El director es tu marido Daniel Calparsoro. ¿Qué tal lo llevas?
Trabamos muchas veces juntos y bastante bien. Aunque cuesta no llevarte el trabajo a casa después del rodaje y desconectar. Hay días que dices: “¡Dios mío!”.
¿Hasta qué punto eres futbolera?
No especialmente; me gusta ver las finales, aunque a mi hijo sí le gusta mucho. No es de ningún equipo, solo de Messi. Ha venido a alguna grabación en el Wanda. Se ha estrenado antes en Latinoamérica y ha arrasado. ¡No te puedes imaginar cómo! Cuando algo en lo que crees tanto funciona, te da subidón. Ya rodaste en México El Señor de los cielos. ¿Qué tal resultó?
Fue una gran experiencia, además estaba Rafael Amaya, amigo mío desde Hospital..., y me acogieron muy bien. El mercado latinoamericano me interesa.
¡Ahora, con las nuevas plataformas, todo es posible!
Sí, han hecho mucho bien a la ficción; trabajamos más, para un público amplio, y con historias arriesgadas, y mayor protagonismo de la mujer madura.
¿Qué tal trabajar con Garci?
Una maravilla. Es un tipo muy listo y con mucha sensibilidad. Me cuidó mucho en el rodaje de El crack cero.
¿Tienes otros proyectos?
Acabo de rodar con Daniel, Hasta el cielo, una historia de aluniceros. Tengo pendiente el estreno de Te quiero, imbécil, de Laura Mañá; por fin una comedia. Y deseando que digan que habrá una tercera tanda.
A. Mingo. Fotos: R. Guerrero y A. Ruiz
“Me costó trabajar la sangre fría de Nuria”