Si te lo perdiste…
En estos primeros días del año ha habido muchos estrenos pero solo una novedad: la presencia de la mujer más poderosa de España (y de Europa) en un programa de entretenimiento en prime time. ¿Por qué aceptó Ana Botín
–ahora ya sabemos que lo de
Ana Patricia le chirría porque así la llamaba su padre, Emilio, cuando estaba cabreado– la invitación de Jesús Calleja? La capacidad de convicción del aventurero es de otro planeta, pero asumo que una decisión tan arriesgada se debió tomar en consenso con la cúpula del importante banco que preside la protagonista. El principal riesgo no era resbalarse por un glaciar, sino creer que puedes controlar un reality show, por mucho que sea blanco y ecológico. La cámara radiografía la personalidad, y eso es algo que no se puede esconder aunque tengas el poder de elegir qué se saca y qué no.
Por eso, estoy seguro de que el jefazo de marketing, por ponerle un cargo, sabía perfectamente que su presidenta era un activo con gran potencial televisivo.
Más que su realidad empresarial, que evidentemente tendrá sus aristas, el espectador conoció a una Rottenmeier empática con sentido del humor y de la ironía y con capacidad para sincerarse y reconocer su vulnerabilidad en momentos cruciales, laborales y personales. Y esa percepción es oro. La mejor campaña publicitaria que ha hecho el Santander jamás. A coste cero. Lo más divertido es que ha incitado a que más miembros de esa élite den el paso…, y desde aquí auguro algunos descalabros gloriosos.