José Manuel Seda, de Amar es para siempre: ”Armando es un tiburón”
Este sevillano de 51 años, que adora la danza y la fotografía, disfruta de su ambicioso papel en la ficción.
Sus inicios en el mundo artístico fueron en el doblaje y en la danza, a los 22 años, en el instituto de teatro de su Sevilla natal. Así empezó una larga aventura profesional que ahora le ha llevado hasta Amar es para siempre, donde interpreta al implacable Armando Ordóñez, aunque muchos ya le conocían por su papel de Gonzalo en Yo soy Bea.
Te has convertido en el villano de la historia.
Estoy encantado, porque hacer de malo siempre es enriquecedor. Además, él sufre las consecuencias de sus actos, y eso también es bonito de ver.
¿Hay muchos Armando?
Creo que mi personaje es un reflejo de la sociedad de los años 70 en España. Él representa ese machismo a través de su doble vida o de la dominación a su mujer y a sus tres hijos.
Sin embargo, se presenta como alguien formal.
Es todo un tiburón, tanto en la vida como en los negocios, pero le gusta dar la imagen de una persona con valores. Intento que el público entienda lo que hace.
¿Y lo has logrado?
Por los comentarios que me llegan, sí. Los espectadores le comprenden. Lo que me sorprende es que haya gente que lo quiera. Pero agradezco todas las muestras de cariño.
¿Estos mensajes también te recuerdan tu paso por Yo soy Bea?
Es increíble que 14 años después haya fans que sigan mandándome fotos o videos de mis escenas en esa ficción. Fue un proyecto muy bonito, y bastante duro. Estuvimos dos años trabajando casi sin parar.
No obstante, te dio tiempo para seguir haciendo teatro.
Lo echo de menos. El teatro es como mi casa, donde me he desarrollado como actor. En la televisión también; llevo grabados unos 1.200 capítulos de series.
¿Sigues poniéndote nervioso?
La primera vez que me subí a un escenario me quedé en blanco. Ahora he aprendido a transformar el vértigo en energía, y sin manías. Eso sí, soy del Betis, de izquierdas, cómico y acostumbrado a decepciones.
¿Y muy crítico con tu trabajo?
Sí, y me sigue costando verme en la pantalla. Solo miro las escenas para ver los errores, y luego sigo estudiando. Desconecto leyendo y con la fotografía.
¿Qué papel te queda por hacer?
Todos. Con cada personaje adquiero seguridad, y tengo ganas de estar en cualquier producción, quizá algo en cine.
“He grabado más de 1.200 capítulos de series”