Jorge Cadaval toma el relevo de Eva Hache en El paisano de La 1
Reconoce que se ha divertido y emocionado gracias a las gentes que ha conocido en los pueblos.
Eva Hache se rompió el ligamento de una pierna y Jorge Cadaval acudió al auxilio de TVE y de Brutal Media para El paisano, ahora el miércoles. En su debut, con 1.689.000 espectadores, y 8,8 de share, ha superado a su predecesora.
Debut con esquíes
“Al principio tuve muchos nervios porque faltaba mi hermano a mi vera, y miedo a no dar la talla, pero el equipo me dio confianza y hubo una simbiosis tremenda”, explica el cómico, que enseguida hizo suyo el formato, donde los paisanos son los auténticos protagonistas. “Como soy muy de barrio, me comunico bien con la gente, les entro bien, y con respeto. Ellos me han abierto su corazón y algunos están en mi agenda de Whatsapp”.
Este miércoles 29 visita Ezcaray, La Rioja, donde hará senderismo con un “chaval con una historia muy bonita; dejó su trabajo en una fábrica para montar un negocio de guía de montaña y le va muy bien”. Le emocionó una señora mayor “con una vida muy dura, pero divertida y disfrutona”. No dejó escapar la oportunidad de comprar sus afamadas mantas, que se elaboran allí.
En Artíes, Lleida, le veremos esquiar por primera vez, el miércoles 6. “¡Y me pegué un buen talegazo!”. Y compartir un baño termal con paisanas. “¡Y no veas que olor a azufre había! –continúa el cómico–. También tenía previsto grabar el Valle de Arán desde el helicóptero, pero el mal tiempo lo impidió. Como ves, he dicho sí a todo lo que me proponía el equipo”.
Rodando cinco días
“Éramos 12 personas, entre ellas mi hermana Maite; estábamos cinco días en el pueblo. Grabábamos desde las 08.30 hasta las 21.00. Luego, días después, volvíamos para hacer el monólogo ante la gente del pueblo”. El último destino, Mojácar, Almería, fue especial. “Es el único que conocía. Actué hace 39 años en su plaza, la misma a la que llegué con El paisano. Lo encontré cambiadísimo”, dice Jorge, que en ese viaje estuvo acompañado tras las cámaras por su marido Ken Appledorn. “Por el confinamiento, no pudimos volver y grabamos el monólogo en casa”.
¿Habrá más entregas? “Bueno, primero tiene
que gustarle a la gente, y yo encantado si TVE quiere seguir contando conmigo. Pero cuando acepté estos cuatro dije que solo continuaría si lo hacía con mi hermano”, nos explica desde su casa de Triana, en Sevilla, donde está pasando el confinamiento con paciencia, pérdida de algunos amigos, y pendiente de retomar la gira de Morancos, 40 años de éxito y un solo show.