El teleadicto
Voy a intentar resolver el nuevo misterio de la tele: ¿cómo se ha convertido Cuarto milenio en espacio de referencia sobre la pandemia? Para entenderlo, hay que aplicar una mirada histórica de casi 20 años. Sí, Iker Jiménez se convirtió en un personaje mediático, fascinante para unos, parodia andante para otros, con sus programas (primero en radio) sobre ovnis, fantasmas, conspiraciones... Al igual que El hormiguero surgió como un show de experimentos y chorraditas y terminó (esto sí que es un misterio insondable) como líder en entrevistas, aquella ‘nave del misterio’ fue mezclando todas sus fantasías con perspectivas científicas algo curiosas, cada vez más agudas, con un balance aparentemente imposible entre lo más puntero y lo más descabellado. A ese equilibrio se sumó un goteo constante de personalidades de la física, la geopolítica, la medicina, la biología…, que encuentran un nuevo espacio de debate y entendimiento. Todo a espaldas de esa gran masa de público convencida de que Iker seguía buscando al Yeti. Y aquí nos cruzamos con el coronavirus. Le pese a quien le pese, los ‘milenarios’ hicieron el análisis más certero ya en febrero. Es verdad que Iker tiene un estilo engolado y que Carmen Porter te saca del tono con su energía de eterna Nochevieja, pero lo que ponen sobre la mesa ya no se puede tomar a chiste. La audiencia lo ha percibido. Y sospecho que esto es solo el principio.