No la desperdicies
Cada gota es un tesoro, y aun así, antes de vestirnos cada mañana, entre la ducha, lavarnos bien la cara, tirar de la cisterna o lavarnos los dientes, lo habitual es haber gastado hasta 200 litros.
En la cocina
Si lavas los platos a mano deja correr el agua del grifo solo para enjuagarlos y cierra mientras los enjabonas. A la hora de lavar las frutas y verduras hazlo en un recipiente y no bajo el grifo abierto. Haz lo mismo para descongelar alimentos. El agua sobrante resulta estupenda para regar las plantas. Asegúrate también de usar los electrodomésticos a carga completa y en programas cortos.
En la ducha
Cinco minutos bajo el chorro implican 70 litros de agua. Prueba a cerrar el grifo mientras te enjabonas o te lavas la cabeza e instala un difusor en la alcachofa si quieres reducir su consumo a la mitad.
En el lavabo
Una rutina tan extendida como lavarse los dientes mientras el agua fluye gasta hasta 18 litros. ¿Es necesario dejar el grifo abierto? Lo mismo sucede a la hora de lavarse la cara o las manos. Ay, la cisterna
¿En serio tienes que tirar de la cadena cada vez que tiras un trocito de papel higiénico? Piensa bien si es realmente necesario porque cada vez que lo haces se gasta una media de 10 litros.
En el tocador
En la medida de lo posible, como nos recomienda Begoña Gómez, experta en tratamiento de Yves Rocher, conviene cambiar algunas rutinas: “A la hora de lavarte la cara y desmaquillar el rostro, opta por las aguas micelares que no necesitan aclarado. El ahorro puede suponer hasta 500 litros a la semana. También conviene utilizar fórmulas sin aclarado a la hora de usar tratamientos capilares o mascarillas”.