Citas. El arte como laberinto, de Pérez Villalta
l arte como laberinto, en un guiño al ensayo de Gustav René Hocke, es el título de la gran retrospectiva de Guillermo Pérez Villalta que acoge La Sala Alcalá 31, de Madrid, hasta el 25 de abril. Adaptándose a la particular forma del edificio del gran Antonio Palacios, reúne un centenar de obras del arquitecto desencantado que se transformó en pintor, además de escritor, dibujante, grabador, diseñador de joyas –acaba de lanzar una colección para la firma Suárez–, escenógrafo y escultor de extraordinaria imaginación.
50 años de carrera
Las obras abarcan toda su trayectoria, desde los años 70 hasta las realizadas en plena pandemia, como La excavación, y se distribuyen siguiendo un diálogo formal entre ellas, huyendo de la cronología y de las temáticas, incidiendo en la desorientación del tiempo que estamos viviendo.
Nacido en Tarifa en 1948, llegó a Madrid a finales de los años 50 iniciando su carrera dentro de la Nueva Figuración Madrileña en los 60, junto a Carlos Alcolea, Chema Cobo y Manolo Quejido. No tardó en dejar atrás las corrientes imperantes en el mundo del arte y desde el inicio de la Movida es una figura clave de nuestro arte contemporáneo con un estilo propio influenciado por el barroco y el manierismo, por Dalí, Disney y Duchamp, y la metafísica italiana, la psicodelia y el pop.
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