¡Que esa zona no te delate!

Junto a las manos, el cuello y el escote son los mayores chivatos de la edad. Así debes cuidarlos para que no te la jueguen.

El cuello ha sido siempre inspiración de artistas, pintores y escritores porque es una de las zonas más seductoras de la anatomía femenina, pero también el gran olvidado a la hora de los cuidados de belleza. Cuando nos encargamos de nuestro rostro y nos aplicamos crema, muy a menudo olvidamos esta zona, terminando el ritual de belleza en la mandíbula. Tanto es así que incluso hay mujeres que terminan también en esa frontera la aplicación del maquillaje, con un resultado aún más nefasto.

Y al prestarle cuidados al cuerpo, solemos terminar en el escote. Así que esta zona, con una piel fina, delicada y frágil, se queda sin mimos en muchas ocasiones. ¿Qué puedes hacer, además de acordarte de él todos los días?

Ataca la flacidez

Se trata de una zona muy irrigada, con piel fina y frágil, pobre en glándulas sebáceas y con un manto hidrolipídico escaso en agua, lo que impide una correcta irrigación cutánea. Esto, unido a que con la edad las células que componen el tejido cutáneo también se vuelven perezosas, hace que la piel del cuello se debilite aún más y comiencen a aparecer dos tipos de líneas: las arrugas horizontales, que se asemejan a un collar, y las líneas verticales, que no son tanto arrugas como marcas de flacidez destacadas por los gestos de la mandíbula.

Debes utilizar cremas que potencien la producción de colágeno y elastina. Y para aumentar el efecto de estas cremas y cuidados, es muy importante que entrenes los músculos del cuello para evitar que pierdan tono. Estos ejercicios te ayudarán:

En la ducha, aplica en el pecho un chorro final de agua fría

Pronuncia la letra “O” gesticulando mucho. Siente cómo se estira la zona mientras lo haces.

Coloca la boca en forma de “U” invertida notando cómo se tensan al máximo varios músculos del cuello.

Ve nombrando todas las vocales, una detrás de la otra, mientras abres la boca todo lo que puedas.

Repite diez veces todo el proceso antes de aplicar tus cremas. Habrás provocado un aumento en la irrigación sanguínea que doblará su efecto.

En cuanto a las cremas, aplícalas siempre en sentido ascendente, con la palma de la mano abierta, comenzando desde el hombro contrario a la mano que estés utilizando, y subiendo poco a poco hasta ese mismo lado de la mandíbula.

Un escote uniforme

Para conseguir una piel lisa, uniforme y luminosa, debes exfoliarte. El escote acumula muchas células muertas, pues recibe las mismas agresiones que el rostro pero sin los cuidados que le damos a aquel. Exfolia tu escote en la ducha, aclara bien y nútrelo con una crema o suero específico.

Aplica un cosmético despigmentante, que prevendrá la aparición de manchas cuando llegue el verano, y ten cuidado con el sol, porque ahora, con el deshielo, lucirás escote. No salgas de casa sin protección solar y aplica el mismo tratamiento del rostro. Evitarás así esas arrugas semicirculares tan típicas de la edad.

Ten siempre en cuenta tu pecho y mantente erguida