Cayetana Guillén Cuervo.
La presentadora de ‘Versión española’ y ‘¡Atención obras!’ destaca la importancia de un texto que habla de miedos y prejuicios. Cayetana Guillén Cuervo representa ‘Puertas abiertas’, una obra contra la islamofobia
“Soy muy lanzada y me atrevo con todo”
Es hija del espectáculo. Mantiene una presencia habitual en cine, teatro y televisión. Ahora Cayetana Guillén ha estrenado la obra Puertas abiertas, en el Teatro Español de Madrid, inspirada en los atentados de París en 2015, en la sala Bataclán.
¿Por qué esta elección?
Es un maravilloso texto de Emma Riverola, dirigido por Abel Folk, del que no pude desengancharme al leerlo. Los prejuicios y el miedo que le entran a Julie, mi personaje, son los mismos que vivirán los espectadores.
Compartes escenario con Ayoub El Hilali.
Sí, es un actor catalán de origen marroquí, muy activista en temas de islamofobia y antirracismo, del que aprendo mucho. Transmite verdad, que es esencial para la obra.
¿Antes eras consciente de tus propios prejuicios?
No. Pero ahora que he convivido con Ayoub y su entorno he comprobado cómo en occidente metemos en el mismo saco a todos los musulmanes. Debemos escuchar al otro para entender la diferencia.
¿Te ayudó también estar casada con el fotógrafo Omar Ayyashi, de origen palestino?
Omar ha nacido y se ha criado en España y recibió educación católica. Quizá su padre, pero lleva aquí toda la vida y tiene hábitos españoles.
“Me siento vulnerable ante las críticas”
Te defines como una mujer frágil y vulnerable.
Sí, pero también soy lanzada, muy trabajadora y me atrevo con todo, no tengo miedo. Pero me siento indefensa porque me afectan las críticas. La gente te prejuzga por ser mediática, sin tener ni idea de quién soy, y no lo controlo.
Y eres ‘transmedia’: actúas, escribes, presentas, produces… ¿Miedo a quedarte sin trabajo?
Eso es ser un culo inquieto porque me encanta la vida y lo que me aporta. Podría trabajar la mitad, pero soy feliz haciendo lo que tengo entre manos. Soy hija de actores y cada proyecto que me dan me parece un milagro.
L. Gambau. Foto: Cortesía L’Oréal