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l concurso de La 1 busca algo más que al mejor bailarín del país. The Dancer es un ejemplo de diversidad e inclusión al dar voz y paso a artistas privados de otros escenarios. La edición del lunes 26 se convirtió en alegato.
La actuación más emotiva fue la de Verdini Dantza Taldea, compañía donostiarra formada por personas con síndrome de Down. “Nos hemos sentido queridos, arropados y sobre todo bailarines, porque todos tenemos derecho a las mismas ilusiones y sueños”, decía su fundadora, Isabel
Verdini, tras una conmovedora coreografía . La historia del grupo va ligada a la promesa que Isabel le hizo a su hermana Amaia cuando nació su sobrina Haizea con discapacidad; ella se encargaría de que tuviese las mismas oportunidades que los demás.
Historias de superación
Otros protagonistas fueron Marc y Valeria, que comenzaron a bailar juntos por necesidad y, 12 años después, son marido y mujer. La suya es una historia de superación por la enfermedad de él, un linfoma
E
de Hodgkin. “Vuestro baile es amazing”, aplaudió Rafa Méndez, que agradeció que contarán su lucha para que sirviera de ejemplo, y recordó a su hermana, “aunque ella no tuvo la misma suerte”. La fuerza de la pareja le llevó a elegirlos para su equipo.
La misma suerte tuvo Gerard López, incluido por Miguel Ángel en su grupo tras una actuación “valiente”. Gimnasta rítmico, bailó por primera vez en público para demostrar que lo que él hace, con una elasticidad pasmosa, también es danza.