«La experiencia teatral del programa es real, como la vivimos los actores»
Cristina Castaño saltó a la fama en Alsalirdeclase, para después forjarse una larga carrera en cine y televisión que la ha llevado a proyectos de gran éxito como Laqueseavecina y ToyBoy. Quizá muchos no saben que debutó con solo 20 años en el teatro junto con Concha Velasco y que ha sido una estrella del teatro musical. Ahora se enfrenta a su primer programa de entretenimiento y divulgación como ‘‘maestra’’ de famosos que prueban a interpretar clásicos del teatro en Aeste paso(no)estrenamos.
¿Qué te pareció el formato cuando te llegó? Me pareció un regalito que tenía muchas cosas que me gustan. Lo más importante: la divulgación de nuestra cultura, van a llegar nuestros clásicos de una manera entretenida a gente joven que lo verá desde casa. Además, hacía tiempo que no había un programa de teatro donde se representase teatro, y es un lujo formar parte de él. Los invitados se sorprenden porque piensan que, si no les sale bien, podemos repetir o que lo salvarán de algún modo porque es tele... pero no, es teatro de verdad. La experiencia teatral es real, como la vivimos los actores. No es un concurso, no hay un ganador; de los tres invitados no hay uno mejor, es vivir la experiencia, y la competencia es con uno mismo.
¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar y enseñar a personas que no tienen ni idea de interpretación? Creo que hay personas que tienen un talento natural para las tablas, para interpretar, aunque no se dediquen a ello. He visto gente con talento que me ha sorprendido. Se han sorprendido también ellos
mismos por lo que han hecho, lo que les ha aportado, los nervios… Algunos salen con ganas de seguir investigando en la interpretación y con amor y respeto al teatro. ¿Qué tipo de mentora has sido? Creo que eso lo veré desde fuera. No ejercemos de jurado porque no hay competición, cada uno trabaja con su invitado como mentor y luego como compañero en la representación final. Ha habido muchas ganas de colaborar y hemos sacado nuestra personalidad de manera natural a lo largo de los programas. Soy una actriz exigente, pongo respeto y amor a lo que hago. A los invitados les he insistido mucho en que se aprendieran bien el texto porque es fundamental a la hora de representar. El mes y medio que hemos estado grabando he estado estudiando todo el rato porque, cuando llegas al escenario, no puedes poner el foco en interpretar si estás pensando en lo que tienes que decir.
¿Y cómo salían esas escenas? Ha habido invitados que se lo han tomado en serio, en algunos casos era verso, y eso requiere horas de estudio y repetir. O te tomabas en serio el reto o, si no, llegabas con dudas y sin poder disfrutar la experiencia. Cuando han «La selección de obras es maravillosa. Me ha encantado trabajar el verso en teatro, que no lo había hecho», dice.
cumplido, hemos disfrutado mucho, pero tampoco he pedido lo que no podían dar si no han querido trabajar más.
¿Qué papel desempeña el asesor teatral Álvaro Tato? Es un papel fundamental, sin él no hubiera sido posible. De cada obra, él selecciona tres escenas representativas y a través de ellas puedes entender lo que sucede dramáticamente en la historia. También ha tenido que adaptarlas para que durasen entre dos minutos y medio y tres.
¿Qué destacas del teatro como actriz y espectadora? Para mí, el teatro siempre es un riesgo, puede ser una gran experiencia o no. Cuando está bien hecho y está vivo, es algo sagrado y ceremonial. Lo que se vive en esa hora y media puede cambiar la conciencia del espectador y, en ese sentido, el teatro es muy poderoso. Para el actor es una tremenda catarsis si el texto le ‘‘toca’’ en algún lugar porque los personajes son vehículos para que expresemos cosas. Pero nada es importante hasta que llega
el público y ve la obra, sientes su energía, el feed-back en directo, esa sinergia no ocurre en el cine ni en la televisión. Para mí es absolutamente necesario que me apasione lo que estoy contando, he llegado a un momento en mi carrera en el que he decidido escoger papeles que me apasionen o me toquen una fibra que me haga querer contar esa historia. Si no, se me convierte en algo muerto. El teatro no es un medio para ganar dinero, sino para expresar algo que quiere decir mi alma. En el programa ha habido personajes que han sido un reto como actriz; otros, de disfrute y descubrimiento. Hasta hemos podido interpretar papeles que no nos habrían dado como profesionales por nuestros perfiles y ha sido muy interesante poder hacerlos.
¿Qué tipo de personajes te interesan actualmente? Llevaba tiempo queriendo hacer una tragedia griega y me ha venido, estreno Clitemnestra en el Teatro Bellas Artes el 21 de junio y también iremos a Mérida. Es la madre de Electra, una historia muy bonita de defensa de una mujer que pasó a la historia como una malvada porque mató a Agamenón, su marido, para poner a su amante en el poder. Defiende su postura: «Ahora vais a entender por qué lo hice». Si llega a ser un hombre, hubiera pasado a la historia como alguien muy poderoso...
«Hay personas que tienen un talento natural para las tablas, para interpretar, aunque no se dediquen a ello».