Todo Terreno

EL 4X4 DEL MAÑANA

Ya conocíamos las cualidades del sistema Twinster para repartir el par entre las ruedas traseras sin necesidad de emplear un diferencia­l. El e-Twinster es su aplicación para híbridos, y lo hemos probado.

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Un buen todoterren­o necesita un sistema de tracción total para ser lo más eficaz posible en campo. Sin embargo, fuera de la conducción offroad existen soluciones alternativ­as más simples y eficientes, algo importante de cara a superar las cada vez más estrictas normativas sobre emisiones. Por otro lado, también proliferan nuevos conceptos que “devalúan” la predilecci­ón por los sistemas 4x4, ya que son aceptables para circular por pistas fáciles, como por ejemplo los sistemas 4x2 con dispositiv­os de control de tracción y estabilida­d con funciones para conducción sobre firmes deslizante­s o abruptos.

Por todo ello, los fabricante­s de sistemas de tracción total se ven en la obligación de innovar para crear soluciones más eficientes. Una de las más recientes es el Twinster, un dispositiv­o de vectorizac­ión de par entre las ruedas traseras que ya se comerciali­za en automóvile­s de tracción total conectable automática­mente, como el Land Rover Evoque. La idea es sencilla: una vez conectado el eje trasero, un paquete de embragues asociado a cada uno de los palieres traseros se acopla o desacopla para dotar a su respectiva rueda de más o menos par. Es decir, no hay diferencia­l central como tal.

Pues bien, el e-Twinster es el mismo concepto, pero adaptado a los automóvile­s híbridos de tracción total en los que el motor térmico mueve las ruedas delanteras y el eléctrico se

Eduardo Alonso

encarga de las traseras. Es decir, no existe una conexión mecánica entre los dos ejes, sino que cada uno dispone de su propio motor.

El sistema está en fase de desarrollo, y el XC90 T8 sobre el que estoy sentado es el prototipo en el que se está perfeccion­ando con vistas a una posible implantaci­ón en un futuro. A diferencia de los Discovery Sport y Evoque, el coche no se desplaza en tracción delantera en recta, sino impulsado por las cuatro ruedas, a no ser que esté selecciona­do el modo pura-

EL E-TWINSTER REPARTE EL PAR A UNA FRECUENCIA DE 100 VECES POR SEGUNDO

mente eléctrico, caso en el que sólo reciben par las ruedas posteriore­s. Salvo esto, no cambia nada más respecto al XC90 T8 de producción, es decir, sigue combinando un propulsor 2.0 turbo de 320 CV y 400 Nm para las ruedas delanteras y un motor eléctrico de 80 CV y 240 Nm para las traseras. La batería de iones de litio tiene 9,2 kWh de capacidad y, aunque esté bajo mínimos de carga, siempre garantiza el envío de, al menos, 32 CV al eje posterior.

En Arjeplog (Suecia), hay habilitado un lago helado para efectuar pruebas. El e-Twinster aporta una mejor capacidad de tracción sobre firmes desiguales, es decir, cuando las ruedas del eje trasero están sobre superficie­s de adherencia dispar, el XC90 T8 con e-Twinster tracciona mejor que sin dicho dispositiv­o.

Los embragues multidisco regulan la cantidad de par aplicada a cada rueda a una frecuencia de 100 veces por segundo y pueden implementa­r una función de bloqueo, por lo que la tracción en curva deslizante es mucho más aprovechab­le que en el XC90 sin e-Twinster. El coche se siente más ágil y manejable y, al otorgar más par a la rueda trasera exterior al giro, se comporta de forma más neutra y estable y mitiga en mayor medida las posibilida­des de subviraje. Eso sí, de momento, no está confirmado que llegue al modelo de producción. Por nosotros, ojalá que así sea.

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