LA CUCARACHA
No esperes encontrar hoy aquí una preparación increíble para volar por las dunas o franquear obstáculos imposibles. Pero te anticipamos que esta modesta y poco conocida furgoneta fabricada en Nagoya (Japón) ha atravesado los desiertos más remotos y las mo
Viajeros 4x4x4.
Homologado como turismo en su ficha técnica, este Mitsubishi L300 GX 4x4, también llamado Delica en otros mercados, fue matriculado nuevo en España en 1992. Con la robusta y fiable base del Montero de primera generación, este original vehículo dispone de un tren de rodaje resistente, reductora y los recursos propios de un todoterreno “de verdad”, como el más popular Space Gear, pero en un formato más compacto. El coche llevó una vida de lo más aburguesada en ma-
F. Callejo Pablo Rey y Anna Callau.
nos de un médico rural hasta que unos soñadores la compraron en Barcelona a finales de 1999 para aprovechar el nuevo milenio y hacer realidad sus ambiciosos planes: ni más ni menos que “La vuelta al mundo en 10 años”.
Con nula experiencia mecánica, los propietarios elaboraron una breve lista de materiales para la preparación: colchón, defensa, depósito de combustible adicional y poco más. Nada de amortiguadores australianos con botella separada ni baterías de gel, fregadero o faros de xenón.
Buscaban aventura, no seguridad. Y la aventura suele aparecer cuando te metes por lugares donde nadie te espera, o cuando decides prolongar una forma de vida inestable, sin trabajo fijo, automóvil o teléfono, en lugares donde nadie habla tu idioma. De este modo y solo seis meses después de la compra, los dos aventureros subieron a bordo de su Mitsubishi y la aventura comenzó con el vehículo cargado hasta las trancas y prácticamente de serie.
A partir de aquí, la necesidad ha creado el órgano, y la preparación del vehículo ha ido avanzando a medida que se necesitaban los equipamientos, o a medida que los sistemas originales del vehículo comenzaban a desfallecer.
Por ejemplo, la sobrecarga y el duro terreno africano rompieron las fatigadas ballestas de la suspensión trasera y, tras más de mil kilómetros atadas con alambres, se sustituyeron por otras con más capacidad de carga en Sudáfrica. Más tarde, los casquillos de los trapecios de la suspensión delantera independiente tuvieron que ser sustituidos por otros más resistentes (poliuretano) en Venezuela.
Un conocido taller de Barcelona les aseguró antes de partir que la toma elevada de admisión no era indispensable para cruzar África. Pero nuestros viajeros aprendieron por las duras que este accesorio resulta