MALDITO VÉRTIGO

Hay cosas que pueden con uno, superiores a las más férrea voluntad. Pero hay que vencerlas para alcanzar el objetivo. En la VII edición de la Discovery Challenge, en Cantabria, los diez personajes que defienden cinco proyectos solidarios se las ven de nue

Parece sencillo: sólo hay que mantener el cuerpo horizontal y descender a pasos cortos, con los pies separados para lograr estabilidad. Parar, al llegar al borde donde la pared se aleja, y dar un poco más de cuerda para quedar ligeramente inclinados, con la cabeza más baja que el cuerpo. De esta manera, cuando perdamos el contacto con la roca y quedemos colgando, evitaremos pegarnos un coscorrón.

Pero algo no va bien en el rápel de Xavi. Poco antes de llegar al punto clave, los pies se le quedan enganchados mientras su cuerpo continúa aumentando la inclinación... ¡hasta la vertical! Y allí se que- da, la espalda contra la pared musgosa, mirando el paisaje del revés y con el mar Cantábrico embistiendo las rocas 30 metros más abajo. “¡Hola!, ¿Hay alguien ahí?”

El rescate es rápido y Xavi es izado con seguridad hasta el punto de partida, pero ya nada es lo mismo. La escena del periodista patas arriba hace que a más de uno se le encoja el ombligo. ¡Ay!

La cuestión es que, aunque la prueba no es obligatoria, no hacerla implica una penalización especialmente fuerte: 100 puntos en el caso de los líderes de equipo, que van y vienen, indecisos, conscientes de su responsabilidad. Elena Furiase ya está armada con el arnés, en el borde del acantilado, cuando alguien grita “No