LA VICTORIA DE DAVID BUSTAMANTE Y ELENA FURIASE EN LA REGATA DE TRAINERILLAS SABE A PURA GLORIA
mires abajo”, y las piernas se le hacen de mantequilla. Arturo Valls se lía la manta a la cabeza en el último momento: “¡Qué cojones, lo hago!”. Bimba Bosé, peleona como nunca, y el cocinero Sergio Torres ni se lo piensan. Todavía no lo saben, pero ese gesto significará la victoria final para la fundación que representan. Claro, que el equipo Oreneta del Vallés mantiene una excelente regularidad en todas las pruebas y se permite, además, sumar valiosos puntos al vencer la competición de bolos cántabros, en la prueba de regularidad y conducción trialera y en la construcción del puente de troncos.
Elena Furiase y David Bustamante también pelean duro para defender los colores de la fundación Barró al frente de sus respectivos equipos. La actriz, de la sangre de ‘La Faraona’ Lola Flores, lleva su equipo a la victoria en la difícil conducción en slalom con arrastre de tron- cos; en la recuperación de un neumático monte arriba, desde la otra orilla de un río; en la loca Gymkhana que recorre al galope cada rincón de la ciudad de Comillas, incluyendo en su transcurso una primitiva competición de lanzamiento de azagaya, un “trivial” de datos históricos, un ejercicio de orientación desde el minarete del Capricho de Gaudí, una danza de picayos con panderetas y castañuelas, la captura de fotos en lugares clave y hasta trepar por una cucaña.
Elena es además un crack en la solución de los “enigmas” propuestos por los equipos rivales (de un vistazo los resuelve todos, incluso uno finalmente anulado por farragoso), construye su puente de troncos en un santiamén y clava el tiempo en la prueba trialera de regularidad sin cometer un solo error de conducción.
Bustamante, en su salsa, en su tierra, se luce en la ‘carrera de belorta’, acarreando paja y cántaras de leche, especialidades de las “olimpiadas” cántabras y, aunque se le escapa la victoria en el tradicional juego de bolos, da el do de pecho en la regata de trainerillas, que tiene lugar frente a la playa de El Promontorio, en Santander: Tras unos desordenados chapoteos, la voz del cantante se impone a la del timonel marcando el ritmo en la gran prueba final que enfrenta a todas las fundaciones. Y, aunque en el cómputo total, los puntos solo bastan para lograr la segunda posición, el esfuerzo conjunto de las tripulaciones de David y Elena hacen que esa última victoria del equipo Barró sepa a pura gloria.