EL SISTEMA ELÉCTRICO DEL VENTILADOR ES SIMPLE, PERO SI FALLA LAS CONSECUENCIAS PUEDEN SER CATASTRÓFICAS
En los prototipos trialeros (imagen superior) es habitual montar el radiador en posición elevada para evitar la rotura del electroventilador durante los vadeos. Antiguamente, el motor térmico movía directamente el ventilador del sistema de refrigeración (arriba). El sensor de temperatura (abajo) es el encargado de accionar el electroventilador. se reduce el consumo de energía. Esto evita desgastes prematuros y ahorra combustible.
Por otra parte, la incorporación de ventiladores accionados eléctricamente aporta un menor coste de fabricación y mayor sencillez mecánica, al permitir prescindir de la “transmisión” de la fuerza del motor mediante poleas y correas, además de lograr una regulación del flujo de aire mucho más eficaz.
La ventilación forzada eléctrica está formada por uno o más ventiladores, que a su vez pueden estar dotados de una o más velocidades de giro. El sistema consta de un termostato que controla la temperatura del circuito hidráulico de refrigeración. Este elemento cierra un circuito eléctrico que pone en marcha el ventilador. Como el consumo eléctrico del ventilador es elevado, se utiliza un relé que se activa mediante el termostato y que, una vez activado, alimenta el motor eléctrico del ventilador.
Los electroventiladores requieren un alto suministro de energía eléctrica, lo con verificar que las aspas de los ventiladores no acumulen polvo o barro para evitar vibraciones y comprobar que los motores no tienen holguras. Desde el punto de vista eléctrico, debemos comprobar el estado de los fusibles de mando y fuerza. El relé de accionamiento puede sufrir problemas de recalentamiento si no está bien diseñado y, por último, no debemos olvidar el termostato que cierra el circuito eléctrico de accionamiento del ventilador. Algo muy importante es que, si acometes un vadeo y uno de los electroventiladores está funcionando, puede dañarse al “chocar” las aspas con el agua, que son un fluido mucho más denso que el aire. Por eso y para evitar la ingesta de agua por parte de la admisión, las entradas en el agua deben hacerse siempre a la menor velocidad posible.
El control de la temperatura del motor es vital para su rendimiento, minimiza el desgaste mecánico, reduce el consumo de combustible y permite controlar la emisión de gases contaminantes.