SI VAS A CONDUCIR EN CAMPO, LO MEJOR ES SELECCIONAR EL MODO TODOTERRENO CONFIGURABLE CON EL MAPA DEL ACELERADOR NORMAL
consejo es que selecciones el modo todoterreno configurable y ajustes el motor en modo normal; en realidad, la gestión del motor actúa igual, pero el acelerador será más progresivo.
Nos ha gustado especialmente el control de descenso, que, con la pantalla digital, te dará información tanto de la velocidad real como de la velocidad objetivo, la cual podrás regular fácilmente con el acelerador y el freno.
Puestos a mejorar las cosas, no estaría mal disponer de un poco más de altura al suelo. También es recomendable pedir el parachoques todoterreno, que viene asociado a una protección inferior para el motor y unas taloneras más sufridas.
Pero probablemente la habitabilidad y la capacidad del maletero son la principal mejora del Tiguan. Comparando la fichas técnicas de la última unidad probada del anterior modelo con la del actual, el Tiguan II ha crecido cinco centímetros en longitud, tres en anchura y siete en batalla, mientras que su peso ha aumentado apenas nueve kilos y su altura se ha reducido en dos centímetros. Nuestra sensación es que ha ganado mucho en habitabilidad teniendo en cuenta el moderado crecimiento exterior, si bien la ganancia en anchura, distancia entre ejes y anchura de vías le resta algo de maniobrabilidad tanto en campo como en ciudad. Todo ello no le impide mantener un enorme grado de polivalencia, con la ventaja de dar la sensación subjetiva de ser “más coche”, lo que no hace difícil augurarle un próspero éxito comercial.