APRENDIZ DE Q7
ŠKODA KODIAQ 2.0 TDI 190 DSG 4X4 Puede que el titular pueda parecer pretencioso o fuera de lugar, pero la realidad es la que es: antes de su llegada, el único SUV de siete plazas del grupo Volkswagen era el Audi Q7, de modo podemos considerar al Kodiaq co
Hasta ahora, la gama SUV de Škoda se reducía al Yeti, un modelo tan interesante como injustamente tratado por el mercado. También se podría incluir al Scout en este segmento; bien es cierto que se trata de un turismo familiar sobreelevado, pero sus cualidades 4x4 son realmente interesantes. El Kodiaq se sitúa por encima de ambos, e inaugura un nicho en el que, hasta ahora, el grupo Volkswagen no tenía ningún representante: el de los todocaminos medios con capacidad para siete ocupantes, donde encontramos modelos como el Nissan X-Trail, el Hyundai Santa Fe o el Land Rover Discovery Sport, entre otros.
Cabe destacar que la tercera fila de asientos se ofrece como equipamiento opcional en toda la gama (cuesta entre 815 y 850 euros, según el impuesto de matriculación aplicable) y que conlleva un par de inconvenientes: por una parte, reduce la capacidad del maletero en 90 litros, y por otra, impide equipar una rueda de repuesto de igual tamaño al resto (sí una de emergencia). El espacio que ofrecen no es holgado (son muy justos para adultos), de modo que conviene analizar antes de la compra si realmente los necesitamos.
Uno de los puntos a favor del Kodiaq, en relación con su competencia, es la amplia oferta que ofrece, tanto por motores como por acabados, y por la combinación de ambos con la tracción a las cuatro ruedas. De las diversas combinaciones surge un total de diez versiones. Nosotros hemos probado la más potente, el 2.0 TDI de 190 CV, que va obligatoriamente unido al cambio DSG de siete velocidades. Ofrece unas buenas prestaciones y un consumo razonablemente bajo teniendo en cuenta sus características: en la toma de contacto que llevamos a cabo en Mallorca, con mucha carretera secundaria y algo de autopista, se mantuvo en torno a los 6,5 l/100 km.
En lo referente al comportamiento, la unidad probada equipaba la amortiguación adaptativa DCC (860 euros), una opción muy recomendable porque permite elegir un mayor grado de dureza para la suspensión que reduce el balanceo de la carrocería. Dicha elección se realiza con el selector de modos de conducción, que también modifica el funcionamiento del cambio, la respuesta del acelerador o la dirección; en el caso de esta última, se agradecería un grado de asistencia menor, porque incluso con el modo “deportivo” activado, es demasiado blanda y muy poco informativa de lo que sucede bajo el tren delantero.
No hemos probado el Kodiaq fuera del asfalto, aunque intuimos que sus aptitudes serán equiparables a las de un VW Tiguan, por lo que estará entre los mejores del segmento, cerca del Discovery Sport; pronto lo comprobaremos. Sobre el papel, la altura libre es buena (188 mm), y tan solo el ángulo de salida resulta crítico (15,6º).