EL FULLBACK HEREDA EL SISTEMA DE TRACCIÓN DEL L200, QUE OFRECE LA POSIBILIDAD DE RODAR EN TRACCIÓN TOTAL SOBRE ASFALTO
traseros no son especialmente amplios y obligan a adoptar una postura bastante erguida.
Fiel al original
En el apartado dinámico, las similitudes con el L200 son muy palpables. No obstante, hemos apreciado una mayor tendencia al cabeceo del eje delantero al pasar sobre badenes, fruto de unos amortiguadores con menos resistencia en extensión. La dirección, con asistencia hidráulica, es precisa, y los frenos, con tambores en el tren trasero, muestran una buena capacidad de detención.
El propulsor 4N15 también es de origen Mitsubishi, posee un bloque completamente de aluminio y distribución variable para las válvulas de admisión (sistema denominado MIVEC). Tiene un funcionamiento satisfactorio en términos de sonoridad y prestaciones, aunque le falta algo de fuerza por debajo de 2.000 r.p.m.; un defecto que, sin embargo, pasa bastante desapercibido por el ejemplar funcionamiento del cambio automático.
Una pequeña ausencia
La presencia más destacada es la del sistema de tracción con un diferencial central que puede permanecer abierto para permitir que haya diferencia de giro entre los semiejes delantero y trasero y, de este modo, circular en modo 4x4 sobre asfalto. Sin embargo, el Fullback no ofrece la posibilidad de contar con un bloqueo para el diferencial trasero, opción que sí está presente en el L200, algo no demasiado comprensible y que no deja de ser un punto en su contra.
El cuarto modo del selector circular activa la reductora, que solo funciona con el reparto interaxial bloqueado al 50:50 y tiene una relación de reducción de 2,6:1. Como en el L200, tiene una buena capacidad para afrontar zonas abruptas, siempre y cuando prestemos atención al largo voladizo trasero (1.340 mm), fruto de un eje trasero bastante adelantado y que deja un ángulo de salida de solo 22º. Por el contrario, el ventral está entre los mejores, con 24º, gracias a una distancia entre ejes corta (tres metros) en comparación con la mayoría de modelos del segmento. Otra parte positiva de esta configuración es que los pasos de rueda están muy cercanos a la cabina y dejan una zona trasera muy aprovechable, siempre teniendo en cuenta que la del Fullback (y, por ende, la del L200) es una de las más estrechas de la categoría.