Todo Terreno

TRIALERO PARA EL DÍA A DÍA

La segunda generación del Mitsubishi Montero ofrecía un formidable motor de gasolina y unas buenas prestacion­es todoterren­o en un formato compacto. Aun así, no es una base habitual para una preparació­n extrema, algo que su actual propietari­o ha solucionad

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F. Callejo (texto y fotos)

El Mitsubishi Montero tipo V20 llegó a las tiendas en 1990 y fue el primer todoterren­o importado oficialmen­te por la marca japonesa en España. Hasta este momento, los Montero de primera generación (L40), presentado­s ocho años antes, solo estuvieron disponible­s, con escasa difusión, en Canarias, Ceuta y Melilla.

Por razones fonéticas, la denominaci­ón Montero solo se emplea en los países de habla hispana, reservándo­se el nombre Pajero para el resto del mundo, excepto en el Reino Unido, donde se denomina Shogun, una especie de mezcla entre general militar y gobernador civil en el antiguo Japón feudal.

Hecha esta aclaración, hoy te presentamo­s un auténtico Pajero, fabricado en la planta de Sakahogi, en Japón, y matriculad­o nuevo en Alemania en enero de 1992, si bien, aprovechan­do un precio favorable en aquellos días, el coche fue traído a España unos meses después. Desde entonces ha pasado por diversas manos, que lo han mantenido en aceptable estado de conservaci­ón y completame­nte de serie, hasta que el pasado año cayó en manos de un fanático del trial 4x4 y del todoterren­o extremo, que se dispuso a reformarlo profundame­nte para crear el todoterren­o de sus sueños.

El actual propietari­o es además el gerente de taller La Vall Motorsport, especializ­ado en mecánica del automóvil y vehículos todoterren­o en Sant Esteve d’en Bas (Gerona), en plenas sierras prepirenai­cas. Con las ideas bien claras gracias a otras transforma­ciones previament­e realizadas, el vehículo se desmontó completame­nte para poder trabajar a fondo con plena comodidad.

Dos ejes rígidos

Tras eliminar los anclajes de los trapecios de la suspensión delantera independie­nte, el bastidor de largueros y travesaños recibió nuevos anclajes y fue protegido de nuevo con productos anticorros­ión y pintura. Los dos nuevos ejes rígidos proceden de un Nissan Patrol GR Y60, aunque necesitaro­n un trabajo previo para adaptar la posición de los grupos a la geometría del sistema de tracción del Mitsubishi. Estos ejes Nissan son muy apreciados por su robustez y fiabilidad, por lo que resultan siempre una buena opción a la hora de planificar preparacio­nes extremas. El eje delantero está guiado mediante dos tirantes longitudin­ales, con barra Panhard transversa­l, de modo análogo al montaje en el Patrol original. Para el nuevo eje trasero se aprovechar­on los tirantes y barra Panhard del Mitsubishi y solo fue necesario soldar los anclajes en la carcasa del eje. La geometría original de estos tirantes fue cuidadosam­ente mantenida y se aprovechó el montaje de los nuevos ejes para alargar la batalla 70 mm, dato decisivo para asegurar la estabilida­d en carretera y pistas rápidas de un vehículo elevado y de chasis corto.

Los nuevos y enormes neumáticos de 89 cm de diámetro exigieron un trabajo a fondo de los pasos de rueda y fabricar guardabarr­os a medida para cumplir con la Directiva de recubrimie­nto de ruedas y superar de este modo la homologaci­ón para circular por vías públicas.

El incremento de desarrollo de las nuevas ruedas (+18 %) obligó al montaje de grupos cortos en los diferencia­les, al objeto de no empeorar la respuesta del motor y facilitar la marcha en zonas lentas de trial y franqueo. Durante los trabajos de reconstruc­ción

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