TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN
En sus 25 años de historia, el Grand Cherokee ha ido evolucionando (o involucionando, según se mire) de un todoterreno de lujo hacia un modelo con mayor vocación asfáltica, todavía más presente en el caso de esta serie especial 75 Aniversario.
ERogelio Camargo
l Grand Cherokee fue presentado, con todos los honores, en el Salón de Detroit de 1992. Aunque por aquel entonces era el modelo más refinado de la marca, no dejaba de lado unas grandes aptitudes todoterreno. Así se mantuvo durante los 19 años siguientes, hasta la llegada de la cuarta generación (la actual), un modelo que dio un claro giro hacia el mundo SUV con la introducción de la suspensión independiente en ambos ejes y de unos juegos de neumáticos más orientados a la conducción en asfalto, especialmente en las versiones más altas de la gama.
En la actualidad, la versión tope de gama (obviando el radical SRT), que homenajea los 75 años de historia de la marca, está dotada de todo el equipamiento imaginable: asientos delanteros ventilados, doble techo solar, control de crucero adaptativo, sistema de navegación con pantalla de 8,4 pulgadas... Está unida en exclusiva al motor turbodiésel 3.0 CRD en su versión más potente, con 250 CV. Todo, por un precio de 79.300 euros.
Álex Cienfuegos
La dotación de serie también contempla elementos orientados a la conducción fuera del asfalto, como la suspensión neumática regulable en el altura Quadra Lift, un control de descensos y, cómo no, la reductora, con una relación de 2,72:1. Esta proporciona una gama de velocidades muy corta, con una primera de 3,2 km/h a 1.000 r.p.m.).
Con estas credenciales, el Grand Cherokee debería ser un brillante todoterreno; sin embargo, el resultado no es tan bueno como cabría esperar.
¿Dónde está el problema?
Hay varios factores que juegan en su contra. En primer lugar, están las llantas de 20 pulgadas con neumáticos 265/50 con vocación 100 % (Continental CrossContact UHP). Por otra parte, la suspensión neumática no está bien adaptada a la circulación fuera del asfalto, y no en pocas ocasiones nos encontraremos con una o incluso dos ruedas en el aire, como atestigua la foto que abre este reportaje. Además, en la posición más alta posible, es