PREMIO JOSÉ GÓMEZ MAR HONOR PARA UN DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN DE MARCA DEL MOTOR
Mi experiencia como periodista y editor del Motor,
en permanente contacto con los sectores industrial y comercial, supera los sesenta años de actividad para la mejor información de los usuarios y ayudarles en sus decisiones. Durante este largo período laboral he conocido la prehistoria y desarrollo de las oficinas de Prensa de las marcas en varios países donde hemos editado. El creciente y variado universo del automóvil exigió la necesaria atención de los diversos medios de comunicación y, para atender su avidez informativa, los modestos despachos de las marcas fueron transformándose en amplios Departamentos de Comunicación. El primero en organizarse con afán de perfección fue el de Seat en los años sesenta, planificado por José Gómez Mar, quien, como periodista especializado, conocía la necesidad de los medios de contar con datos fidedignos con la máxima amplitud. La generosidad informativa de Gómez Mar se veía compensada con el crecimiento de las noticias de su marca. Su departamento se fue complementando con fotógrafos, dibujantes, redactores, economistas y hasta un triunfador equipo deportivo dirigido por José Juan Pérez de Vargas. En memoria de las iniciativas exitosas, la Fundación Luike, en colaboración con la agencia informativa Newspress, ha creado el Premio José Gómez Mar como galardón para el Departamento de Comunicación del Motor considerado como el más destacado durante la pasada anualidad a juicio de más de 1.500 periodistas. Me parece una idea justa, porque cada vez es más necesaria la información del Sector, cuyas variantes crecen con los nuevos conceptos de Movilidad. Personalmente me emociona este Premio en recuerdo de quien fue ejemplar compañero desde la Escuela Oficial de Periodismo y en mis primeros pasos en la creación de la agencia Motor Press en 1956. La situamos en la Puerta del Sol, de Madrid, cercana al Kilómetro cero de las carreteras de España, porque “Kilómetro Cero” fue el título de mi sección diaria en el periódico “Pueblo”. Gómez Mar regentó aquel despacho por mi inmediata incorporación a “Motociclismo” como redactor jefe y responsable de su edición. Nuestra amistad nunca se interrumpió. Es más, creció como resultante de muchas tareas en común. Por ejemplo, la Vuelta a España en 1968 con el Seat 124, precisamente en 124 horas desde la salida en Madrid a la llegada exacta al Salón del Automóvil de Barcelona para su pública presentación. Una gesta de Virgilio Hernández Rivadulla junto al inolvidable Carlos del Val, con mi ayuda desde el Hotel Cuzco, en contacto telefónico con distintos concesionarios en las poblaciones del camino. En aquellos tiempos no existía el móvil. El Trofeo Estrella Luike fue modelado por el genial imaginero andaluz, y buen amigo de ambos, Luis Ortega Bru. En el Museo de este artista, en el Palacio de los Gobernadores de San Roque (Cádiz), entre otras obras propiedad de mi familia, se expone el dibujo de la propuesta –por encargo de Gómez Mar y mío– para un soñado monumento al Seat 600, no realizado entonces en espera de mejores economías. En la relación entre las marcas del Motor y los periodistas del ramo destaca la cordialidad, virtud esencial fomentada por Gómez Mar con su ejemplo. La necesidad de información es obligación profesional para ambas partes, desde las novedades técnicas de cada día, a las pruebas de vehículos y a la evolución de los precios, un tema bien atendido, sobre todo por las revistas especializadas, gracias al mayor espacio disponible y su permanente contacto con los Departamentos de Comunicación. El Premio José Gómez Mar quiere ser un ejemplo de buena voluntad para alimentar el espíritu de colaboración y mutuo respeto entre las Marcas y la Prensa y, sobre todo, para mantener amplia y correcta información a los usuarios.