EL MEJOR CVT QUE HEMOS PROBADO EN MUCHO TIEMPO
■ Teóricamente, los cambios de relaciones continuamente variables son la solución ideal al “problema” de los motores térmicos, que es su imposibilidad de ofrecer un valor de par motor alto con regímenes de rotación bajos, problema que obliga a disponer de distintas marchas: una primera para arrancar, una “larga” para mover el vehículo con el menor consumo y desgaste mecánico posibles y varias marchas intermedias para “rellenar el hueco” entre las otras dos. Para ofrecer su abanico de “velocidades”, las cajas de cambio convencionales disponen de varios engranajes de diferentes diámetros cuya combinación genera un determinado número de relaciones fijas. Por el contrario, los cambios de relaciones continuamente variables (CVT) disponen tan solo de dos “engranajes”, uno asociado al árbol de entrada de la caja de cambios (el que gira solidario al motor) y otro al eje de salida (que proporciona el par, ya desmultiplicado, a la transmisión). Gracias a un diseño cónico en lugar de cilíndrico, los engranajes del cambio CVT pueden variar su diámetro. Esta es su principal ventaja. Pero, además, al estar permamentemente unidos (mediante una correa metálica en el caso de Nissan o mediante una cadena en otros diseños), transmiten par a las ruedas de forma constante, eliminando la latencia que se produce en un cambio tradicional al pasar de una a otra marcha. El principal problema que ha limitado su difusión hasta ahora es la dificultad de gestionar grandes cantidades de par motor, algo que Nissan parece haber solucionado con este CVT, al que realmente estuvimos torturando en fuertes pendientes sin que mostrara el más mínimo signo de desfallecimiento. Otro inconveniente más difícil de resolver es la “sensación de embrague pisado” que genera el hecho de no haber una relación directa entre el régimen de giro (y, por tanto, el ruido del motor) y la velocidad desarrollada, relación que sí se da entre el régimen de giro del motor y la demanda de potencia, al igual que ocurre, por ejemplo, con la turbina de un avión. Así que si no pilotas un caza de combate o un jet comercial, te recomiendo que lo pruebes antes de decantarte por él.