¿CÓMO SE USAN LAS PLANCHAS?
La técnica de uso sobre arena es muy sencilla y, en general, similar a la que emplearíamos con una plancha de cualquier otro material. ■ 1. Despejamos la arena de las ruedas, dejando un canal plano donde colocar las planchas, que clavaremos entre la arena y la rueda. Si disponemos de dos planchas únicamente, las pondremos delante de las ruedas delanteras, para que una vez superadas por estas, también ayuden a las traseras a impulsar el vehículo. ■ 2. Despejamos la arena de los bajos del vehículo, que suele impedir el avance especialmente a la altura de los diferenciales (en el caso de los ejes rígidos) y la caja tránsfer. ■ 3. Reducimos la presión de las ruedas. De este modo, ganaremos superficie de apoyo (y, por tanto, reduciremos la presión generada por el peso del vehículo) y las cubiertas ganarán en flexibilidad, lo que también contribuye a mejorar la motricidad. Podemos bajar hasta 0,8 kg/cm2. Si hacemos este paso antes que el anterior, corremos el riesgo de empanzar más el vehículo. ■ 4. Comprobamos que la reductora está engranada. Es una perogrullada, pero conviene hacerlo. Para no forzar el embrague, saldremos en primera y, una vez que el vehículo flote sobre la arena, pasaremos a segunda y tercera velocidad hasta encontrar terreno firme o, si se trata de arena, una zona con ligera pendiente favorable para reiniciar la marcha sin problemas. Conviene recordar que, para detener el vehículo en arena, dejaremos de acelerar o frenaremos suavemente para que no se clave y nos complique el reinicio de la marcha. ■ 5. Recuperamos las planchas. Pese a que es una nueva obviedad, no serías el primero que se deja las planchas en la arena. Y lo peor de esta situación no es la pérdida económica que supone olvidar este accesorio, sino que nos daremos cuenta de que no tenemos las planchas solo en el momento en que volvamos a necesitarlas.