tan raro como interesante
UNA DE LAS SINGULARIDADES DE LAND ROVER ES LA VARIEDAD DE CONFIGURACIONES DE SU RECIENTEMENTE EXTINTA FAMILIA DEFENDER. LA QUE REPASAMOS EN ESTE NÚMERO, CON CHASIS CORTO Y CAJA DE CARGA ABIERTA ES UNA DE LAS MENOS HABITUALES EN NUESTRO MERCADO._
Para muchos aficionados, el motor pentacilíndrico es el mejor de todos los utilizados por el Land Rover Defender. Goza de una buena fiabilidad, consume entre 10 y 11 litros en condiciones normales y aporta un equilibrado muy próximo al de un seis cilindros, sin olvidar que el sistema de inyector bomba no es, precisamente, la mejor solución para mitigar el ruido y las vibraciones.
A pesar de ser un motor relativamente moderno y contar con inyección electrónica, sus cinco cilindros no podían competir económicamente con un propulsor de cuatro. Por tanto, sus días dentro del capo de este veterano todoterreno estaban contados desde que salió al mercado; máxime cuando la línea de producción del motor dejó de abastecer al Discovery y quedó en exclusiva para el Defender.
El interior es espartano y, aunque encontramos en esta unidad tres asientos, tan solo están homologados dos. El aire acondicionado, que requiere de un módulo adicional en el salpicadero con mandos y conductos específicos, deja muy claro que en el Defender todo se improvisa cuando se necesita. La caja de carga es muy justa, si bien al ser abierta y estar equipada con techo de lona, permite un cierto nivel de carga, pero sin alegrías.
Sus ejes rígidos con suspensión de muelles son, sin duda, un gran argumento fuera del asfalto. Si hay un vehículo que tracciona bien en campo, ese el Defender... hasta que encontramos un cruce de puentes que deje dos ruedas en el aire. Ahí, las unidades dotadas de
ABS y control de tracción presentan una clara ventaja, pero lo ideal es instalar un bloqueo del diferencial trasero de posventa. El Defender cuenta, además, con relaciones de marchas largas y cortas que le permiten salir airoso de situaciones complejas. En asfalto, el Defender se balancea en exceso, y los ejes le proporcionan un guiado un tanto errático.
El confort de rodadura (o, más bien, la carencia de aquel) y los ruidos aerodinámicos nos recuerdan que se trata de un vehículo rudo que se ha ido refinando con el paso de los años.
Los frenos cumplen, y la dirección asistida hace la conducción llevadera y relativamente cómoda, a pesar de que el volante, los pedales y el asiento no están alineados, con un puesto de conducción excesivamente desplazado hacia la izquierda que hace que los hombros y los codos choquen constantemente con la puerta y la ventanilla. Tampoco podrás retrasar demasiado el asiento ni regular el volante, pero a todo se acostumbra uno.
Sus prestaciones son más que suficientes en asfalto; ahora bien, en campo el tema es diferente. Sus posibilidades son impresionantes, especialmente en esta variante corta.
El Defender es un vehículo en sí mismo singular que en esta configuración de batalla corta y caja abierta lo es aún más. Optar por esta configuración tiene que corresponder a unas necesidades concretas. Al fin y al cabo, la gran variedad disponible de ellas, incluso en el mercado de segunda mano, nos permitirá centrar nuestras necesidades. TT