NISSAN PATROL A428
TREMENDAMENTE POPULARES EN NUESTRAS CARRETERAS Y CAMINOS A FINALES DE LOS AÑOS 80 Y DURANTE LA DÉCADA DE LOS 90, LOS NISSAN PATROL FABRICADOS EN ESPAÑA SON UNA MANERA FIABLE Y ASEQUIBLE DE ENTRAR EN EL MUNDO TODOTERRENO. ESTA VERSIÓN CORTA, ELEVADA Y ATMO
En los años 80, Nissan se instaló en nuestro país de la mano de Ebro, que por aquel entonces fabricaba el motor diésel Perkins de 2.770 centímetros cúbicos, atmosférico de inyección indirecta. Esta mecánica MD 27 fue revisada y, con la nueva denominación A4 28, pasó por varias actualizaciones que se caracterizaron por su fiabilidad y robustez.
En su día, el Patrol dio un aire nuevo a los vehículos de uso industrial y rural, mejorando sus prestaciones y el confort a bordo. Dentro de esa idea se encuentra esta versión de techo elevado, capaz de llevar a seis pasajeros o un considerable volumen de carga sin necesidad de recurrir al mayor coste y tamaño de un vehículo largo. La apertura posterior mediante dos puertas facilita además el acceso de personas o de la carga en menos espacio.
Dotado de dirección asistida, unos frenos acordes a las prestaciones de su propulsor y una suspensión de tacto muy superior a lo normal para los vehículos de este tipo en su época, pronto se hizo con el mercado, tanto en el sector público como en el privado.
LIGERO, COMPACTO Y HABITABLE, EL PATROL CORTO DE TECHO ELEVADO ES UN BUEN VEHÍCULO PARA INICIARSE EN EL TODOTERRENO, SOBRE TODO CON EL FIABLE MOTOR 2.8 DE 72 CV
Fuera del asfalto, no es un vehículo dotado de una gran tracción, pero, gracias a su corta reductora, transitar cargado por los caminos recorriendo aldeas y fincas no presenta ningún problema.
Sus prestaciones eran correctas hace 35 años, con una velocidad máxima en torno a los 130 km/h y unos consumos medios nunca inferiores a los 11 litros. Hoy en día no son unos valores muy competitivos, pero sí que son más que suficientes para permitir un uso tranquilo en todo tipo de carreteras, sin ser un estorbo para el resto del tráfico.
Los ejes, bien dimensionados, su transmisión y un propulsor fiable se ajustan perfectamente a un sólido chasis. Sobre él, se fijaba una carrocería resistente, a pesar de tener la parte posterior de fibra. El interior sigue la tónica del resto del vehículo. Los asientos son los primeros en acusar el paso del tiempo, y es difícil encontrar unidades con el tapizado original y el mullido en buen estado. Salvo por este detalle, al volante nos encontramos con un vehículo razonablemente cómodo y plenamente vigente.
Fácil de mantener y reparar, el Patrol con esta mecánica constituye la mejor opción del mercado para disponer de un vehículo de carga propio del ambiente rural donde el número de kilómetros a recorrer es constante pero reducido.
Por poco más de 2.000 euros, se encuentran unidades similares a esta sin problemas y, a nada que se los mantenga, seguirán en marcha durante un periodo similar al que llevan rodando. TT