CAMIÓN URAL-375D 6X6
SI TE PREOCUPA SOBREVIVIR ANTE UNA GUERRA QUÍMICA O SI CREES QUE LA SEXTA GLACIACIÓN ESTÁ CERCA, ESTE CAMIÓN URAL-375D ES EL TODOTERRENO DEFINITIVO... SIEMPRE QUE DISPONGAS DE UNA GENEROSA RESERVA DE GASOLINA. _
El camión Ural-375D es un vehículo multipropósito de tracción 6x6 producido en Rusia por Uralskiy Avtomobilnyi Zavod entre 1961 y 1983. Hasta su aparición, el Zil-157 (producido desde 1958) fue el camión de uso militar estándar en la Unión Soviética, pero en 1979, el obsoleto 6x6 moscovita dejo paso al Ural. Seis años más tarde experimentó numerosas reformas; entre ellas la incorporación de un propulsor diésel de 16,5 litros de 220 CV, que se denominó Ural-4320 y que supuso la desaparición de los propulsores de gasolina del ámbito de los camiones rusos.
Nuestro protagonista entró en producción en 1964, equipado con un motor Zil V8 de gasolina de temperamento diésel. Entrega sus 180 CV de potencia máxima a 3.200 vueltas, y sus 450 Nm están disponibles a 2.400 r.p.m. Su principal problema era el elevado consumo que le otorgaba su único carburador: por encima de 40 litros a los 100 km en carretera y el doble en campo.
Pero, más allá de esas desastrosas cifras, estamos hablando de una pieza de ingeniería mecánica y militar poco menos que inmortal, dotada de características tan asombrosas como el blindaje de toda la instalación eléctrica, que le permitía una profundidad de vadeo de 1,5 metros. También hay que recordar que la gasolina tiene un punto de congelación muy inferior al del gasóleo, asunto crucial a la hora de desplegarse por la indómita estepa siberiana. No obstante, desde 1973 se ensamblaron algunas unidades con motor diésel, que serían la base de su sustituto: el Ural 4320, cuya producción en serie comenzaría en 1978. SIN FECHA DE CADUCIDAD
Desde el punto de vista mecánico, este impresionante camión civil y militar destaca por su robustez y abilidad; podría decirse que no tiene fecha de caducidad. A pesar de los cincuenta y tres años y cientos de miles de kilómetros que lleva a cuestas esta unidad (el odómetro, de cinco cifras, ha dado, presumiblemente, varias vuelas), la ausencia de fugas de líquidos pone de mani esto su buen estado de salud.
Sin embargo, si hablamos de habitabilidad o confort, las cosas cambian. Si piensas que un Land Rover o un Suzuki Samurai son rudos, no has visto nada. El mayor lujo del Ural es poder ir sentado. A partir de ahí, todo es una constante lucha entre hombre y máquina.
La cabina admite tres plazas y, en caso de necesidad, los que entren. No hay cinturones o molduras en los asientos que lo limiten. Todos los mandos son muy metálicos, y se necesita haber comido bien para manejarlos con soltura. Sin duda, una
EL MOTOR V8, DE GASOLINA, CUBICA SIETE LITROS Y RINDE 180 CV. SE COMPORTA COMO UN DIÉSEL... SALVO POR EL CONSUMO
jornada de 10 horas al volante fuera de la carretera no está al alcance de cualquiera. El embrague requiere una buena pierna. Los frenos de tambor, accionados por aire comprimido, son más dóciles, y en este sentido contamos con la ayuda de unas marchas muy cortas.
El propulsor de gasolina, de siete litros, es eterno, gira normalmente sobre las 2.300 r.p.m. y, como máximo, a 3.200 vueltas, donde ya no se encuentra cómodo.
La tracción alimenta permanentemente las cuatro ruedas del tándem trasero y, de forma puntual, el eje delantero. Para conectarlo dispone de una palanca especí ca. En situaciones extremas cuenta con una cortísima reductora.
La dirección está asistida, pero aun así resulta dura y muy lenta; por si fuera poco, el radio de giro del vehículo es muy limitado.
El freno de mano actúa a la salida de la caja tránsfer, sobre la barra de la transmisión que envía el par al primer eje posterior. Este árbol ataca el diferencial desde la parte superior. Desde aquí parte una nueva barra de transmisión que hace girar el tercer eje del vehículo.