VIAJES TT
NACÍA EL SIGLO XX CUANDO JOSEPH CONRAD PUBLICABA ELCORAZÓN DELASTINIEBLAS, A RAÍZ DE UN VIAJE DE SEIS MESES POR EL RÍO CONGO. EN LA CORTA NOVELA, CONRAD PLASMA EL HORROR QUE SINTIÓ AL VER CÓMO LOS EUROPEOS ACTUABAN EN ÁFRICA. MÁS DE 100 AÑOS DESPUÉS, LA R
R. D. CONGO & UGANDA
EN LA RED VIARIA DE UGANDA ABUNDAN MÁS LA TIERRA Y LA PIEDRA QUE EL ASFALTO, POR LO QUE LOS TODOTERRENOS SON VALIOSOS ALIADOS
Mi viaje empieza en Entebbe (Uganda), al pie del lago Victoria, en su costa norte. Aunque el destino y “plato fuerte” del viaje se encuentre en la República Democrática del Congo, Uganda bien merece dedicarle atención y disfrutar de sus encantos naturales, que son muchos. Es un país tranquilo, salvedades y precauciones lógicas aparte, donde podremos alquilar un todoterreno sin conductor para movernos por las carreteras y pistas de la red viaria ugandesa, en la que abundan más la tierra y la piedra que el asfalto, por lo que nuestros “queridos” vehículos de tracción nuestros desplazamientos por Uganda.
A unos 300 kilómetros al norte de Kampala, encontramos el parque nacional de la Cataratas Murchison. En él podremos ver todo tipo de animales, desde los abundantes y desvergonzados babuinos, hasta los escurridizos leones, pasando por jirafas, hipopótamos, algún leopardo y todo tipo de antílopes. Las pistas están en perfecto estado de conservación, y nuestro todoterreno avanza los distintos animales, en lo que aquí se denomina game drive. Otro cantar es la pista que lleva desde Massindi, al sur del parque Murchison, hasta Kassese, que es la población en la entrada norte del parque nacional de Queen Elizabeth. Son 400 kilómetros de baches, barro, camiones atascados y obras con badenes y resaltes cada 100 metros para evitar correr un poco allí donde se puede… Hay que tomárselo con calma, y nos puede llevar dos días o más hacer el trayecto, especialmente si las condiciones climáticas no son idóneas y hay lluvia y más barro del habitual. En el Queen Elizabetz, aparte de los grandes mamíferos africanos, podemos ver a los curiosos leones trepadores, que se suben a los árboles, según diferentes teorías, para evitar las mordeduras y picaduras de la mosca tse-tse o bien para evitar el calor
que emana del suelo en los meses más calurosos.
Kisoro, en el extremo suroeste de Uganda, será la ciudad por la que el viaje abandonará el país para entrar en la República Democrática del Congo. Antes de dejar atrás Kisoro, a los que les guste el trekking no pueden perderse la ascensión a alguno de los tres volcanes (extintos) que se encuentran al sur de esta ciudad y que forman parte de los Virunga. El Muhabura, con 4.127 metros sobre el nivel del mar y con una ascensión que supera los 1.700 metros de desnivel, es el más alto de los tres.
En Bunagana hallamos el paso fronterizo que nos dará acceso a Congo. En esta y los trámites son relativamente rápidos, para lo que suelen ser las fronteras africanas. Los agentes son amables y hasta permiten hacer fotos, cosa impensable en otros lares. Hay gente vendiendo quesos, dulces, pescado… el ambiente es muy distendido, lo que ayuda a tranquilizar los ánimos de cara a entrar en un país al que, si nos dejamos aconsejar por las recomendaciones de viaje de la mayoría de las administraciones europeas, no hay que viajar bajo ningún concepto o salvo causas de fuerza mayor.
Si las comunicaciones por tierra en Uganda tenían una de cal y otra de arena, en Congo no existe el contraste; todas las pistas, incluidas las carreteras nacionales, son pésimas… Recorrer 30 kilómetros, en la mayoría de los casos, lleva casi dos horas, y el cálculo de las distancias y tiempo es en muchos casos imposible y queda en la incógnita. El todoterreno es el único vehículo apto para moverse por esta zona del país aparte de las innumerables motos chinas que se usan como taxi, transporte de mercancías o ambas cosas a la vez.
Otro curioso medio de transporte son una especie de bici-carretillas de madera que la gente contrata para acarrear normalmente la cosecha de los campos desde las partes altas hasta la población que se encuentra en las partes más bajas. Ver cómo estas bicicletas de madera bajan
EN LA MAYORÍA DE LOS CASOS, RECORRER 30 KILÓMETROS EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO LLEVA MÁS DE DOS HORAS
cargadas con bastante más de 100 kilos de sacos de café o hatillos de caña de azúcar, a toda velocidad por los bacheados caminos que descienden desde las plantaciones hasta el pueblo, constituye todo un espectáculo; aunque, para espectáculo, el que supone ver y admirar a los gorilas de montaña que habitan las montañas de esta zona, y también el que supone la vista del cráter del volcán Nyiragongo y de su lago de lava. Impresiona ver a menos de cinco metros a un gorila de espalda plateada que pesa más de 200 kilos y que es capaz de engullir más de 35 kilos de comida al día. Así como también impresiona, tras sentarte al borde del cráter del volcán Nyiragongo, ver cómo se mueve y borbotea la lava de un intenso color rojo que llega a teñir de escarlata toda la niebla que rodea la cima al anochecer.
El viaje sigue hacia el sur, atravesando el lago Kivu, para posteriormente entrar en Ruanda, donde, como en el resto de los países vecinos, la historia reciente está llena de horror y violencia, en muchos casos consecuencia del paso de los europeos por África y que tanto marcó a Joseph Conrad en su viaje al corazón de las tinieblas. TT