EL PADRE DE LA BESTIA
Se llama Chris Cowland, es británico, y ya forma parte de la historia de la automoción como responsable de algunos de los motores más brillantes y emblemáticos jamás producidos. Nacido en Peterborough, al norte de Londres (Inglaterra), obtuvo su título en Ingeniería del Automóvil en el Cranfield Institute of Technology. Desarrolló la primera parte de su carrera cerca de su ciudad natal, en Perkins Engines (compañía sobradamente conocida en España por haber motorizado numerosas versiones diésel de vehículos como los Jeep fabricados en Zaragoza por Viasa), y de allí dio el salto a Lotus, donde marcó su primer gran hito profesional al frente del motor biturbo del Opel Omega-Lotus (conocido en Reino Unido como Lotus Carlton), que desarrollaba 382 CV y 568 Nm; un auténtico hito entre las berlinas de altas prestaciones, comercializado en una pequeña serie entre 1990 y 1992. Después de pasar por Ricardo (compañía británica responsable, entre otros muchos hitos, de la actual familia de motores V8 de los McLaren de calle) y posteriormente por AVL (la empresa austrica que desarrolló en la sombra las primeras generaciones de los motores TDI de Audi y Volkswagen), desde julio de 2008 es director de trenes motrices en Chrysler (hoy FCA North America), y desde 2010 se encarga también del programa de motores de altas prestaciones SRT, en el cual se encuadra el prodigioso propulsor que da vida al Jeep Grand Cherokee Trackhawk.