PERSONAJE TT

VICENTE PLÉDEL Y MARIÁN OCAÑA

ÉL AL VOLANTE DEL 4X4, ELLA PLANIFICANDO CON ANTELACIÓN LA RUTA, ESTE MATRIMONIO DE TROTAMUNDOS LLEVA MÁS DE 25 AÑOS CONOCIENDO Y CONTANDO JUNTOS, POR ESCRITO Y EN VÍDEO, CÓMO SON LOS LUGARES MÁS DESLUMBRANTES DEL PLANETA. SU ÚLTIMA AVENTURA LES HA LLEVADO A RECORRER DURANTE VARIOS MESES LA BELLA Y GÉLIDA RUTA DE GENGIS KHAN, QUE RELATARÁN PRÓXIMAMENTE PARA LOS LECTORES DE FÓRMULA TODOTERRENO._

Vicente Plédel y Marián Ocaña celebraron el año pasado sus bodas de plata viajeras por 115 países de todo el mundo. En 1992 iniciaron su primera gran travesía en 4x4 con la Ruta de Alejandro Magno, desde Ceuta hasta el Himalaya, durante siete meses y 65.000 kilómetros que los llevaron por 21 países de tres continentes, y ahora mismo están digiriendo aún las sensaciones de “su aventura más dura”, la recién concluida Ruta de Gengis Khan. Ambos periplos los han completado con sendos Mitsubishi Montero gracias al patrocinio de un distribuidor de la marca en Ceuta, la ciudad natal de Marián.

Plédel y Ocaña se conocieron en 1986, cuando el entonces estudiante de Arquitectura recaló en la ciudad autónoma para hacer las milicias universitarias en el arma de Ingenieros del Ejército. Menos de dos años después, ya estaban los dos recorriendo los países del este de Europa –en vísperas de la caída del Telón de Acero– a bordo de un Opel Kadett GSi, experiencia que vino a operar como bautismo de fuego aventurero y de pareja. Con el mismo coche llegaron hasta la frontera iraní en su siguiente expedición.

Para cuando Vicente embarcó a Marián en sus locuras, el inquieto joven nacido en París ya llevaba muchos kilómetros a sus espaldas. Con 14 años circunvaló Islandia con su tía materna, diplomática destinada en aquel país y embarazada en ese momento, en el Defender de ella. En el viaje descubrió que, además de explorar, le apasionaba hacer fotografías con la Kodak Retina que le habían prestado sus padres; la Zorki rusa que le compró su tía y la Canon que le regaló su abuela hicieron que es hoy, como puede comprobar cualquier que visite la web ruta-imperios.com. Antes de aterrizar en Ceuta, Plédel había atravesado Europa en autoestop con 17 años, y vivido en Israel y Estados Unidos gracias a dos becas.

Por entonces, Marián era todavía una estudiante de EGB que había conocido antes Marruecos que la Península. Plédel cree que haber nacido en una ciudad de frontera como Ceuta predisponía a su mujer a la vida viajera que han querido está convencido de que en su pasión ha sido determinante pertenecer a una familia “rara”: madre francesa que conoce a un español en Burgos, un matrimonio que vive luego en muchas ciudades diferentes, una tía que se va con su sobrino de aventura estando embarazada…

La pareja relata minuciosamente los pormenores de sus aventuras en la que es la web de viajes más antigua de España, y además colabora con numerosos medios audiovisuales y escritos (como esta revista). Escriben ambos indistintamente; es decir, uno redacta un “texto matriz” y el otro lo revisa y corrige: “Nos hemos criado juntos en los reportajes y desarrollado una especie de estilo común, por lo que es imposible saber quién ha escrito un post salvo que se diga expresamente”, comenta Plédel. Si algo lamentan los dos, aunque con su eterno buen humor, es no haber podido obtener de los viajes un modus vivendi. Sí agradece Marián, que durante años se dedicó a la docencia de Geografía e Historia, entre otras materias, los numerosos trabajos que han surgido a partir de ellos, por ejemplo el de responsable de logística de grupos de turistas espa-

SU PRIMER VIAJE COMO PAREJA FUE EN UN OPEL KADETT GSI, RECORRIENDO LOS PAÍSES DEL ESTE DE EUROPA ANTES DE LA CAÍDA DEL TELÓN DE ACERO

ñoles que desempeña para un conocido touroperador.

A pesar de no haber podido vivir de los viajes, la pareja se ha dado grandes alegrías como pasar el cambio de milenio realizando la vuelta al mundo por tierra durante cuatro años, entre 1993 y 2003, en lo que dieron en llamar la Ruta de los Imperios, que da nombre a su página web. Durante aquella aventura sufrieron uno de los pocos percances mecánicos que han tenido en todos estos años, la rotura de un muelle de la suspensión que se solventó colocando un taco de madera a modo de tope, y sorpresas como encontrar a “tres tíos con ametralladoras” rodeando el coche mientras dormían en la tienda-techo. En una ocasión atravesaron Cachemira solos, porque perdieron el convoy debido a la reparación antes mencionada, entre poco tranquilizadoras señales que advertían de la posibilidad de recibir fuego enemigo.

En Dar es-Salam, Marián estuvo a punto de ser secuestrada a pocos pasos de la embajada española. En un camping de Egipto tuvo que tirar de astucia para sacarse de encima a una suerte de perturbado que se tomó demasiadas “miedosa, pero solo a priori”, cuando está en casa preparando la ruta y cuesta mantener la cabeza alejada de ansiedades. “Cuando me pongo en marcha, todo eso se va disipando y desaparece”, asegura. Plédel siente que a él le dan “menos miedo las cosas” y que, por lo tanto, “Marián es la más valiente de los dos”. “Ella hace lo que hace con miedo y sin tener que hacerlo”, tuviera opción de decir no a la siguiente aventura.

“AUNQUE SOLO TENGAMOS CINCO CAMISAS, LAS COLGAMOS EN PERCHAS. ESTAMOS MUCHOS MESES FUERA, YES IMPORTANTE SENTIR QUE NO VAS COMO UN TIRA O”

Tal vez lo más chocante de este matrimonio singular es que han recorrido el mundo entero en 4x4 sin que ninguno sepa de mecánica salvo lo que les han enseñado las (pocas) averías sufridas. “Yo soy un MacGyver de casi todo. He aprendido mucho de informática, por ejemplo, y de cualquier cosa que pueda entender. No saber de mecánica no sé si es vergonzoso o un valor añadido a nuestras exploraciones”, entre bromas. Su mujer sentencia que, para estas y otras incertidumbres de la vida, no hay mejor consejo que dejar el miedo en casa: “Que nunca te impida hacer aquello que quieres”.