LOS NÚMEROS CANTAN
Para hacer frente a los 11.000 vatios que pueden llegar a consumir todos los sistemas y el equipamiento opcional de un todoterreno actual de gama alta, un modelo convencional solo dispone de su alternador, que entrega una potencia nominal de unos 1.500 vatios, aunque es capaz de alcanzar picos de 3.300 vatios, y de su batería de 12 voltios. Además, trabajando a 12 voltios hacen falta casi 1.000 amperios para proporcionar esos 11.000 vatios, y eso significa que gran parte del cableado ha de tener el grosor de un dedo.
A la vista de la cuenta anterior, elevar la tensión de trabajo parece casi imperativo. Sin embargo, hay un pequeño detalle que lo complica todo: la corriente continua no se puede transformar directamente. Para cambiar su voltaje, es necesario un convertidor DC/DC. Se trata de un aparato que convierte la corriente continua en corriente alterna de alta frecuencia, transforma la tensión, y la convierte de nuevo en corriente continua. Además del convertidor, es necesario contar con un generador capaz de funcionar a 48 voltios y una batería de 48 voltios, que a la vista de los continuos e intensos ciclos de descarga que va a sufrir, debería ser de litio. Para reducir el coste de este componente, los fabricantes están explorando diversas opciones, desde prescindir de la batería de 12 V (y alimentar todos los sistemas convencionales del coche con el convertidor DC/DC) hasta a usar una batería de plomo convencional de cuatro módulos y 48 voltios.