PREPARACIÓN
LAND ROVER - SANTANA 109 SERIE II
HOY RENDIMOS HOMENAJE A UN CAPÍTULO NOTABLE DE LA RECIENTE HISTORIA INDUSTRIAL DE ESPAÑA. LOS LAND ROVER FABRICADOS EN LINARES POR METALÚRGICA DE SANTA ANA A PARTIR DE 1958 REPRESENTARON UN PASO DE GIGANTE EN LA INDUSTRIALIZACIÓN DE UN PAÍS QUE INTENTABA RECUPERAR EL TIEMPO PERDIDO Y ENTRAR DE GOLPE EN EL SIGLO XX, EL SIGLO DEL AUTOMÓVIL._
Gracias a los acuerdos con The Rover Company Limited y el esfuerzo de unos inversores privados, se hizo el milagro, convirtiendo unos terrenos pecuarios (Finca Santa Ana), en Linares ( Jaén), en una moderna fábrica de maquinaria agrícola primero y, posteriormente, de los automóviles todoterreno que dieron renombre mundial a Metalúrgica de Santa Ana, S.A.
El impecable Santana 109 Serie II (“109” alude a la distancia entre ejes, en pulgadas) que puedes ver en las fotos fue matriculado nuevo en diciembre de 1972. Es de los últimos ejemplares producidos de este modelo, que fue sustituido el siguiente año por la Serie III.
El coche llegó a las manos de su actual propietario el pasado año, un tanto abandonado y con gastados neumáticos de carretera. Así que cuando unos amigos con experiencia en los Land Rover de Santana le proponen embarcarse en un evento de
EL TECHO METÁLICO ATORNILLADO A LA CARROCERÍA HACE MUY SENCILLO REEMPLAZARLO POR UNO DE LONA SUJETO MEDIANTE ARQUILLOS
todoterrenos clásicos por África, decide acometer una completa remodelación del vehículo. El objetivo no era desmontar el coche hasta el último tornillo, sino restaurarlo a conciencia, pero conservando la pátina que le dan los años.
El propietario nos resume el porqué: “Cuando llegas a las cinco décadas en este mundo loco, un día consigues pararte a pensar, casi sin querer, y echas la vista atrás… Luego - nas, para darte cuenta de que nunca llega el momento perfecto para nada. Ya te ha pasado varias veces. Entonces, simplemente, tienes que decidirte, corregir el rumbo y darte el capricho.”
DESCAPOTABLE
Tras más de cuarenta y cinco años de funcionamiento, la estructura y el bastidor del Santana estaban en buen estado, lo que habla de la buena calidad del vehículo, diseñado para soportar el trato duro. La preparación se centró en repasar la carrocería, actualizar las suspensiones e instalar neumáticos todoterreno con el mismo diámetro que los originales, pero en medida actual y desprovistos de las antediluvianas cámaras de aire.
Las nuevas llantas para estos neumáticos ofrecen bombeo negativo, y de este modo se ensancharon las estrechísimas vías originales, un detalle importante para mejorar la estabilidad y la estética, pues las ruedas ya no quedan escondidas hacia adentro en la carrocería. Para externo y superar la homologación en la ITV fue necesario instalar aletines en los pasos de rueda, con un diseño muy acertado que no rompe la silueta clásica de este Land Rover.
En los Santana, el techo metálico está atornillado al resto de la carrocería, pero en este caso se ha desmontado y sustituido por una lona sujeta por arquillos. El cambio estético resulta espectacular y, enrollando la lona a los lados, se convierte rápidamente en un divertido descapotable. De este modo, cualquier paseo se transforma en un safari; disfrutan los pequeños y casi igual o más los mayores. Por otra parte, una de las grandes ventajas de los Land Rover es la gran cantidad de piezas de reposición o mejora disponibles en el mercado, especialmente en el Reino Unido. Pero con tanto equipamiento para elegir, hay que dejarse aconsejar y tener claras las ideas y el presupuesto para evitar sorpresas.
RENOVACIÓN COMPLETA
De darle un buen repaso a la mecánica se ha encargado Tom Sonor, todo un
especialista en Land Rover, que no ha dejado rincón sin comprobar: motor, manguitos, sustitución de rótulas de dirección y una completa renovación del sistema eléctrico. El resultado es brillante, y el Santana no ha fallado en un año ni una sola vez.
Una gran mejora para rodar por carretera es la instalación de la sobremarcha u overdrive, una caja de engranajes adicional al cambio de velocidades que permite de incrementar la velocidad de crucero, disminuir el ruido interior y el consumo de combustible.
El montaje de accesorios y los reto reformas en la ITV han corrido a cargo apartado destaca el montaje de un cofre de equipaje en el lateral izquierdo de la carrocería del vehículo, un lugar hueco y desaprovechado en la carrocería original que resulta ideal para llevar herramienta, eslingas y pequeños implementos de rescate. La preparación se corona con un cabrestante eléctrico Warn, de diseño clásico y muy bien integrado en la línea frontal del coche. Este elemento otorga al Santana mayor presencia y empaque, además de resultar de gran ayuda en caso de atranco.
TODO UN CLÁSICO
Si nunca has conducido un auténtico Santana, te estás perdiendo una gran experiencia. El asiento es alto y duro, sin apoyacabezas ni sujeción lateral, pero te encaramas a él con una sonrisa dibujada en tu rostro. El enorme volante ya te da una idea de que las leyes de la palanca se enunciaron por algo. Vas a necesitar músculo. Una dirección asistida sería muy bien recibida, especialmente para circular por ciudad o en caminos angostos.
Como puedes imaginar, la carretera no es su terreno favorito, falta potencia y velocidad, y sobra ruido en el habitáculo, especialmente en este caso con el techo y las paredes de lona. El montaje de la sobremarcha es determinante para elevar la de afrontar con dignidad cualquier desplazamiento. Con el overdrive conectado, la velocidad punta actual del vehículo a gritos a su límite de revoluciones. El el pequeño depósito de gasóleo original,
Desde nuestro punto de vista es, no obstante, un detalle irrelevante para un vehículo de otra época y diseñado pensando en otros escenarios. A este Santana puedes exigirle en todo tipo de caminos, con piedras, pasos embarrados o arenosos, porque no se descompone ante nada, aunque debes atacar los pasos con la prudencia que exige el manejo de tan ilustre clásico. En cualquier situación
UNO DE LOS MAYORES ACIERTOS ES EL MONTAJE DE UN OVERDRIVE,
QUE FUNCIONALMENTE EQUIVALE A UNA QUINTA VELOCIDAD
su ausencia, especialmente debido a las durísimas ballestas originales (con nada menos que trece hojas en el caso de las reductora resultan determinantes para superar empinadas rampas y situaciones comprometidas, y, piano, piano, llegarás mucho más lejos de lo que nunca pudiste imaginar con solamente 67 CV. Si el camino se complica, con un poco de experiencia y leyendo bien las trayectorias, este Land Rover siempre te sacará del apuro.
EXCESO DE CONFIANZA
Mientras regresamos de vuelta a casa tras la prueba, su propietario nos cuenta una jugosa anécdota que le sucedió el primer día que salió a probar el Santana tras la restauración. “No tenía ninguna experiencia en conducción todoterreno, pero estaba convencido de que mi Santana era capaz de todo; un coloso del barro y la arena. Para probar el coche se me ocurrió rodar por la playa cerca de casa. Naturalmente, iba con toda la familia a bordo, disfrutando del momento. Todo iba perfecto mientras en el tramo de regreso me pudo la emoción y me acerqué a la orilla, hasta tocar el agua. Al momento las ruedas se hundieron en la arena, y el Santana quedó apoyado en las ballestas, con el agua tapando los neumáticos.
La situación se volvió muy tensa en segundos, porque no había forma de sacarlo de allí. Como me habían explicado, coloqué la palanca en 4x4 y engrané la reductora, pero no había manera; las ruedas resbalaban y escarbaban la arena suelta y la grava diminuta. El coche quedó varado y con peligro de ser engullido por el mar, mientras la marea iba subiendo. Con toda la familia alrededor esperando lo peor, sucedió el milagro.
Nuestro Santana atrajo la mirada de un paseaba por la playa, se acercó a echar un vistazo. «Tienes los liberadores de rueda desconectados», sentenció. Con un rápido giro de su mano conectó los liberadores de las ruedas delanteras y, ahora sí, empezó a funcionar realmente la tracción 4x4.
A mano retiramos arena de detrás de los neumáticos, y me recomendó que pusiera las alfombrillas de los pies a modo de planchas. Me hizo subir al coche y, con sus instrucciones, el Santana empezó a traccionar y, poco a poco, conseguimos dejar atrás el atranco. Me alejé de la orilla lo más rápido que pude. Paré, bajé del coche y, con un fuerte abrazo, agradecí eternamente a mi salvador y efímero amigo su impagable ayuda. Ese día aprendí mucho de la pasión por los 4x4 y que no se pueden ignorar las leyes de la física”.