Todo Terreno

QUATTRO X QUATTRO

- TEXTO: PABLO J. POZA FOTOS: ÁLEX CIENFUEGOS

HACE 40 AÑOS, EL AUDI QUATTRO INAUGURABA LA LÍNEA DINÁSTICA QUE HOY NOS PERMITE CONDUCIR SUVS COMO ESTE SORPRENDEN­TE Q8 50 TDI, UN 4X4 DE 2,2 TONELADAS DISPUESTO A DEMOSTRAR QUE ES DIGNO DE LUCIR EL EMBLEMA QUATTRO EN SU CARROCERÍA COUPÉ DE CASI CINCO METROS DE LONGITUD.

_

lo habíamos conducido por carretera y por pistas de tierra, pero la llegada de las primeras lluvias del otoño y el cuadragési­mo aniversari­o de su sismotivo para que quisiéramo­s comprobar si realmente el enorme SUV coupé de Audi hacía honor a ese anagrama quattro que aparece tanto en el exterior (dos veces) como en el habitáculo.

Hablamos del Audi Q8 con el motor diésel más potente, un modelo que, a pesar de su tamaño, es junto con el Q5 y el Q7 uno de los más capaces de la gama Audi fuera del asfalto. Y es que estos tres modelos comparten la misma arquitectu­ra y algo realmente importante: la posibilida­d de disponer de suspensión neumática y, con ella, de altura variable de la carrocería. Así, el Q8 puede contar con hasta 25,4 centímetro­s de altura libre en su posición más elevada, que es un valor muy alto y nos permitirá circular por caminos rotos, superar algunos pasos complicado­s que podamos encontrarn­os y poner a prueba el sistema de tracción total permanente. Pero, vayamos por partes.

ARQUITECTU­RA LONGITUDIN­AL

El Audi Q8 se fabrica sobre la plataforma modular “grande” del Grupo Volkswagen (MLBevo), compartida por SUVs como el Touareg, los mencionado­s modelos de Audi, el Bentley Bentayga, el Porsche Cayenne y el Lamborghin­i Urus. Se trata, en realidad, de un sistema modular de componente­s más que de una plataforma en sí, pero lo importante es que está diseñada para contar con motores longitudin­ales y para permitir el montaje de suspension­es de largo recorrido con muelles neumáticos.

Así, el motor diésel del Q8 (un V6 de tres litros y 286 CV sobrealime­ntado por turbocompr­esor) se acopla, en posición longitudin­al, a un cambio automático de ocho relaciones mediante un convertido­r de par. A la salida de la caja de cambios, una compacta tránsfer en la que se integra un diferencia­l mecánico Torsen reenvía el 40 % de par al tren delantero mediante un semieje de transmisió­n, mientras que el 60 % restante del par se dirige a las ruedas traseras a través del árbol de transmisió­n.

Todos estos componente­s comparten un único carenado y, por tanto, el sistema de lubricació­n. Se trata, así, de un sistema asombrosam­ente compacto, lo que no le impide gestionar sin problemas los 600 Nm que desarrolla el sistema de propulsión, en el cual se integra una máquina eléctrica de 16 CV asociada a una batería de iones de litio de algo menos de medio kWh que reemplaza al alternador y al motor de arranque, lo que convierte a este Q8 50 TDI en un mildhybrid o híbrido ligero. Ah, y se nos olvidaba decir que, opcionalme­nte, un diferencia­l activo se encargará de distribuir el par a la carta entre las

ruedas traseras, un elemento desarrolla­do fundamenta­lmente para dinamizar la conducción pero que también aporta un plus de motricidad en situacione­s todoterren­o.

DOBLE PERSONALID­AD

Así que este masivo Audi Q8 tiene una marcada doble personalid­ad. Aunque la inmensa mayoría de sus conductore­s rara vez empleará el vehículo fuera del asfalto, lo cierto es que su potencial resulta superior a lo que transmite su silueta, y más aún en la con uración de la unidad probada, con el kit S-line y unos desproporc­ionados neumáticos 285/40-22 opcionales, mucho menos adecuados para rodar por campo que los 265/55-19 montados como equipo ori inal y disponible­s incluso con especi caciones AT por parte de marcas como rid estone. Audi, de hecho, se ha molestado en reco er la referencia 265/55-19 con especi caciones S en la cha técnica de la unidad probada, al o cada vez menos habitual y que nos ahorrará un paso por la T si queremos montar este tipo de neumáticos.

Pero independie­ntemente de que nos decantemos por el acabado estándar, la versión S-line o el acabado Black Line Edition, el Audi Q8 luce un aspecto impresiona­nte. Su carrocería, primera creación de la familia S de Audi por parte de su nuevo jefe de diseño, arc Lichte, introduce elementos llamativos como la enorme parrilla octo onal o las llamativas puertas laterales sin marco, un elemento de diseño cada vez más en desuso por el incremento de peso que supone esta arquitectu­ra con respecto a unas puertas convencion­ales de una ri idez equivalent­e, y que en este vehículo muestran un tacto tremendame­nte sólido, además de contar con el cierre amorti uado opcional.

Pero en el Audi Q8 no hay ruidos ni nada que ha a pensar que su ri idez estructura­l se ha visto comprometi­da por al ún elemento de diseño. Al contrario, la sensación de calidad es enorme, una clara herencia del Q7, que ya nos sorprendió por dar un importante paso adelante en este aspecto.

INTUITIVO

Al volante, resulta sencillo sentirse cómodo desde un primer momento. A pesar de parecer que estamos a bordo del USS Enterprise, la interfaz cuenta con un menú intuitivo, muchas funciones pueden manejarse fácilmente mediante la voz, y el vehículo ofrece un tacto muy a radable. os sorprende, quizá, una dirección al o más rme de lo habitual en estos tiempos, y quienes no lo hayan experiment­ado antes se desconcert­arán cuando el pedal del acelerador les su iera por primera vez, con una moderada vibración, que es convenient­e levantar el pie, ya que nos estamos aproximand­o a un lu ar en el que deberemos frenar.

En entornos urbanos, hemos de vi ilar las dimensione­s. o solo conducimos un vehículo que roza los cinco metros de lon itud, sino que además su distancia entre ejes es similar a la de un pick up,

SI EQUIPAMOS EL Q8 CON LA SUSPENSIÓN NEUMÁTICA OPCIONAL, DISPONDREM­OS DE 22 CM DE ALTURA LIBRE AL SUELO, QUE NOS VENDRÁN MUY BIEN FUERA DEL ASFALTO

con una anchura claramente superior. Aquí hay que diferencia­r, no obstante, entre los Q8 que equipan la dirección en el eje trasero y los que no lo hacen, ya que los primeros tienen menos tendencia a recortar las curvas más cerradas (y, por tanto, a “comerse” la columna del garaje), lo que por sí solo puede ser un motivo interesant­e para añadir 1.500 euros al presupuest­o y sumar esta opción a la lista.

Desde los primeros metros de nuestro recorrido, notaremos el impecable aislamient­o acústico del vehículo y la extrema suavidad del convertido­r de par. Sí encontramo­s una cierta latencia del motor diésel en el siempre crítico momento de vencer la resistenci­a al inicio del movimiento, un lapso entre el instante en el que pisamos a fondo el acelerador y el momento posterior en el que el vehículo sale realmente disparado. En circunstan­cias puntuales, podemos precargar el convertido­r de par pisando rmemente el pedal del freno con el pie izquierdo, acelerando a la vez y soltando el pie izquierdo cuando queramos salir de parado con más alegría, pero obviamente no es una solución para la conducción diaria.

Pero a pesar de contar con una potencia que no es desmesurad­a para los cánones actuales, los 286 CV del motor diésel V6 de tres litros cunden mucho, y la prueba son esos 6,3 segundos que tardamos en alcanzar 100 km/h desde parado y que son un valor muy bueno en términos absolutos y extraordin­ario para un vehículo con una relación entre peso y potencia que apenas baja de los ocho kilos por caballo.

Las limitacion­es que las dimensione­s marcan en ciudad se compensan bastante con el confort extremo que proporcion­an la suspensión neumática y el aislamient­o acústico, dos caracterís­ticas de las que también disfrutare­mos tanto en carretera como en autopista. En los trazados amplios, la conducción llega a ser aburrida, sobre todo si, como es el caso de nuestra unidad de pruebas, disponemos de control de crucero adaptativo con mantenimie­nto del vehículo dentro del carril. Algunos usuarios (entre los que me incluyo) valorarán positivame­nte en estos momentos disponer de un soberbio equipo de sonido rmado por Bang Olufsen. Es una opción muy cara (8.200 euros), pero si realmente disfrutas la música, este Q8 ofrece una de las mejores experienci­as acústicas del mercado.

LA RAZÓN DE SER

Pero la verdadera razón de ser de un vehículo como este Q8 se encuentra en el uso fuera del asfalto, aunque sea de manera muy ocasional. Así que, aprovechan­do

LA DIRECCIÓN ACTIVA OPCIONAL EN EL TREN TRASERO CONFIERE AL Q8 UNA AGILIDAD IMPROPIA PARA SU TAMAÑO Y SU MASA

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? OPCIONAL.
Aunque los acabados son magníficos, hay que decir que mucho de lo que ves en las imágenes es opcional y, lo que es peor, muchas de las opciones han de selecciona­rse agrupadas. No dejes de pedir la rueda de repuesto “plegable”; el kit de reparación de pinchazos no siempre te garantiza la movilidad, mientras que la rueda de repuesto sí que lo hace.
OPCIONAL. Aunque los acabados son magníficos, hay que decir que mucho de lo que ves en las imágenes es opcional y, lo que es peor, muchas de las opciones han de selecciona­rse agrupadas. No dejes de pedir la rueda de repuesto “plegable”; el kit de reparación de pinchazos no siempre te garantiza la movilidad, mientras que la rueda de repuesto sí que lo hace.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain