Sables, con
Tenemos imágenes de esas que valen más que mil palabras. Son exclusivas, de nuestra fotógrafa Marta Bacardit, que a través de su objetivo ha inmortalizado instantes con aroma de mujer sobre la arena del desierto. Un reportaje fotográfico que te hará viajar a las entrañas del Sáhara.
Emociones... Inconscientes... Intangibles... Invisibles... y con un gran poder. Arrasaron mi alma. Hay personas mágicas, os lo prometo, las he visto, se encuentran escondidas por todos los rincones del planeta, disfrazadas de normales, disimulando su especialidad, procuran comportarse como los demás, por eso a veces es tan difícil encontrarlas, pero cuando las descubres, ya no hay marcha atrás. Marathon des Sables y su magia es tan fuerte que si te toca una vez, lo hace para siempre. Tener la oportunidad de vivirla desde dentro ha significado una explosión de emociones difíciles de superar. Poder captar cada instante con mi cámara, cada instante de superación personal, ha traspasado con creces los límites de mi imaginación. Detrás de cada imagen se esconde una historia que contar, la oportunidad y complicidad con cada corredor fue extraordinaria, la parte femenina más íntima delicada y reservada fue recompensada con sonrisas por doquier. Y no sólo es grande MDS por la carrera, lo es por un atardecer de haimas que cobran vida y detrás de cada rostro cansado, quemado, rebosa felicidad y satisfacción por lo conseguido en esa etapa. Palabras de Laia Díez, haima 17: "La Marathon des Sables ha sido la experiencia deportiva más espectacular de mi vida. La volvería a repetir con los ojos cerrados. Un crecimiento personal en todos los sentidos, viviendo los pequeños detalles de forma muy intensa". Pep Lliteras, haima 13: "Esto es mucho más que correr 250 km por el Sahara; potenció en mí el compañerismo, la amistad y solidaridad. Es una experiencia vital brutal". Día tras día vivir en las condiciones mínimas son factores que ninguno entrena antes de llegar al Sáhara. Miradas, abrazos, compañerismo y emoción a raudales. Pocas palabras bastan para describir lo que llega a transmitir la prueba desértica por antonomasia, el Marathon des Sables.