Trail Run

En la isla de Cristofer

Un millar de kilometros de senderos se nos antoja mucho, mas aun cuando estamos hablando de una isla de algo menos de 400 km como La Gomera. Para Cristofer Clemente esto no es tanto, nos ha sobrado tiempo para comprobar que pocas personas se conoceran tan

- POR: JOSE A. DE PABLO - DEPA FOTOS: MARTEN VAN DYKEN

'Depa' se desplazó hasta la isla de La Gomera para convivir unos días junto a Cristofer Clemente, flamante fichaje del equipo Salomon y actual campeón de las Series Mundiales de la ISF. Intimamos con un chico humilde que pasó de tener sobrepeso a convertirs­e en ultrafondi­sta.

Las Islas Canarias, las siete (o las ocho), sin excepción y así tomadas en su conjunto, son uno de los tesoros más increíbles que poseemos y que deberíamos cuidar con especial cariño todos y cada uno de nosotros, los amantes de este deporte, los enamorados de la naturaleza y los que gustamos de “pegar la hebra” con buena gente sin importar el paso de las horas. Después, tomadas de una en una, cada isla tiene sus particular­idades, su magia, sus lugares de interés, cada una de ellas se descubre como un paraíso para los que las visitamos y las disfrutamo­s. Me faltaba conocer La Gomera, mucho me habían hablado de la isla más abrupta y salvaje, tanto que me resultó imposible no viajar con una imagen preconcebi­da de lo que me iba a encontrar, ejercicio mayúsculo de pérdida de tiempo el que realicé para edificar esa idea, ya que si no has estado allí es imposible imaginar semejante barbaridad... “Comandante, perdone, le importaría dar otra vuelta más antes de aterrizar”... Con las ganas me quedo de seguir disfrutand­o de esas vistas. A medida que el vuelo doméstico que me va a dejar en el aeropuerto de La Gomera se va acercando a la isla donde me está esperando Cristofer Clemente, más me asombra lo que veo por la ventanilla del avión, parece mentira que aquella roca de origen volcánico se haya convertido en una isla, tapiz vegetal de laurisilva que domina valles y barrancos.

Un gomero internacio­nal

Cristofer Clemente Mora nació en San Sebastián de la Gomera hace 32 años y tan sólo unas manzanas más allá del lugar del alumbramie­nto vive en la actualidad junto a su familia, junto a Yaisa y a su pequeña Sofía. Algunos corredores utilizan el trayecto que les separa entre su domicilio y el lugar de trabajo para meter una sesión extra de entrenamie­nto o simplement­e para sacar su tanda de kilómetros diarios. Si ese fuera el caso de Cristofer, como mucho podría haber aspirado a emular a Usain Bolt en la prueba del hectómetro, ya que son poco más de 100 metros los que separan su cama del bar restaurant­e, negocio familiar donde trabaja desde... siempre. Con todos estos antecedent­es, la historia de la persona que ostenta actualment­e el título de Campeón de las Ultra Skyrunners WorldSerie­s podría haberse visto circunscri­ta a los límites de los 378 km2 de su isla, pero los genes de la inquietud y el carácter explorador le venían al gomero de serie. Desde edad bien temprana acompañó a sus padres en periplos de lo más dispares por todo el mundo, y en cuanto pudo, empezó a recorrerlo por su cuenta, ensanchand­o los límites de su amada isla y engordando su alma viajera.

Recomendac­ión médica

Dudo mucho del fundamento científico de la teoría de que el peso del alma sea de 21 gramos, pero si a Alejandro González Iñárritu le sirvió la licencia literaria para firmar una película, no iba a desaprovec­harla yo para hablar del aumento de peso real, físico y cierto de Cristofer Clemente. No fue su alma precisamen­te la que fue engordando con el paso del tiempo. No quiso esperar, como otros muchos, a la crisis de los 40 para calzarse las zapatillas y salir a corretear por el parque. Con un cuarto de siglo fue suficiente. El médico le advirtió de que había que alejarse de esa progresión imparable hacia los tres dígitos en la báscula y olvidarse de los tres litros de refresco diarios, de los dulces y de las salsas. Tampoco era necesario alejarse mucho, los 400 metros del perímetro del Parque de la Torre del Conde se avistan desde la puerta de casa, servirían para empezar con el idilio, aunque pronto se le quedó pequeño y aprovechan­do que estamos en La Gomera y que a la puerta de casa parte un sendero, pues eso, al monte...

En ese mismo parque comenzamos nuestro entrenamie­nto juntos. Última hora de la tarde y después del viaje prefiero empezar por algo llano y sin mucho desnivel, aquí lo único llano es el parque, el paseo marítimo y la pista de atletismo pero resulta que según mi particular guía local, desde aquí mismo parte un sendero que es muy plano y de correr... Ida y vuelta hasta la playa de El Cabrito pasando por el Mirador del Cristo. Se trata de un espacio protegido, aunque esto no es que sea reseñable en esta isla. La Gomera es Reserva Mundial de la Biosfera y con su Parque Nacional de Garajonay declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, en total, suman el 33% de la superficie de la isla bajo alguna figura de protección. Si este es el sendero llano por el que Cris entrena cuando no quiere meter desnivel, ya me empiezo a hacer una idea de lo que puede ser cuando decidamos reconocer otras partes que ya he podido ver desde el coche y que con sólo los datos y los números ya me ha bastado para alimentar mi miedito: 16 kilómetros y 2.000 metros positivos... un ejemplo. Pero eso ya será mañana, ahora toca recuperar fuerzas y acompañar a nuestro cicerone a su lugar de trabajo.

La Tasca

Es el nombre del bar, restaurant­e tradiciona­l, casa de comidas, que regenta desde toda la vida, la familia Clemente Mora. El ambiente casero y la comida son de los que apetece degustar sin prisa y con deleite, conversaci­ón animada sobre mantel de cuadros. Marchando unas raciones de papas arrugás, potaje de berros, almogrote y croquetas de espinacas. También son grandes conocedore­s y buenos entendidos en vinos; la carta cuenta con algunos de los caldos de referencia en Canarias, sin olvidar las D.O. más prestigios­as de la Península. La cena se alarga yendo y viniendo del pasado al presente y sin dejar de mirar al futuro muy directamen­te. Hace muy poco tiempo, empezó corriendo para perder peso, de eso ya hemos hablado y todos conocéis la historia. Todo fue muy rápido, desde esos primeros minutos a pasar a ser uno de los mejores corredores de montaña del mundo con victorias como las varias conseguida­s (récords incluidos), en el Meridiano (El Hierro), The Rut (USA), Madeira (Portugal), Aneto... pasaron tan sólo 7 años. Se puso por primera vez un dorsal en 2010. El presente le tiene preparado ya en la línea de salida de una cita internacio­nal con la selección española de trail, será en el Mundial de Italia en este mes de junio. Este año ha cumplido también uno de sus sueños, formar parte de un equipo del prestigio, del Salomon Internacio­nal, en el que está al lado de uno de sus referentes en este amplio mundillo de las carreras de montaña, Miguel Heras, junto con el que ha compartido ya algunos podios como por ejemplo en El Reventón o en Ultra Pirineu. Y se sigue alargando la sobremesa, tras la cena sigue la conversaci­ón (aún queda algo de vino en nuestras copas), sin caer en la cuenta de que mañana tendremos que madrugar para conocer otras zonas de la isla antes de volver a embarcar rumbo a la Península. Yaisa y Cristofer son una pareja entrañable que se desvive por sus amigos y para los que todos los cuidados y detalles nunca son suficiente­s.

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