Los efectos deletéreos de la actividad física a largo plazo
Después de hablar de cómo el ejercicio puede desencadenar arritmias en individuos predispuestos, toca hablar de las alteraciones del ritmo que se producen cuando se hace deporte de resistencia de forma continuada durante mucho tiempo. Quisiera explicar de forma muy breve cómo el exceso de ejercicio físico podría afectar a nuestro corazón y favorecer el desarrollo de algunas arritmias. Cualquier imprecisión se debe a la necesidad de resumir y adaptarme a la totalidad de los lectores. En el deporte de resistencia, el corazón trabaja bombeando mucha sangre durante mucho tiempo. Inicialmente se adapta creciendo en tamaño, enlenteciendo su ritmo y mejorando su mecánica para relajarse y bombear la sangre. Esto le permite rendir más y ser más eficiente desde el punto de vista energético. Pero los mecanismos de adaptación del cuerpo siempre tienen un límite. Sigue habiendo grandes lagunas en el conocimiento pero hay datos que nos hacen pensar que, a lo mejor, grandes volúmenes de entrenamiento durante mucho tiempo y sin los adecuados periodos de recuperación, podrían favorecer crecimientos anormales de las cavidades, desarrollo de inflamación, cicatrices, alteraciones en el sistema nervioso y marcapasos, progresión de la enfermedad coronaria y otra serie de lesiones que podrían derivar en arritmias a largo plazo. Un estudio sueco que observó a más de 50.000 esquiadores de fondo durante 9 años constató una mayor frecuencia de aparición de algunas arritmias, que a su vez, se relacionaron con el número de carreras completadas y con los mejores tiempos en esas carreras.