Claves para acabar el año
Aún queda 2018. Quedan carreras por hacer, muchos entrenamientos y varios cientos de kilómetros por disfrutar este curso. Por eso hemos pedido a Anna Comet que nos ayude a gestionar con éxito estos meses que faltan de temporada. ¡Hay que sobrevivir!
La ambition y la pasion son dos de los requisitos claves para practicar este deporte llamado carreras de montafia al que estamos completamente enganchados. Y son ambos requisitos los que, a menudo, nos Ilevan a disefiar calendarios un tanto descabellados a principios de temporada cuando estamos frescos y descansados. En este articulo voy a proponeros soluciones para intentar no llegar quemados a final de temporada y poderla disfrutar de inicio a fin.
Se nos ha pasado ya el calentón de hace unas semanas cuando nos repetíamos y nos prometíamos sin cesar que “el año que viene no me cargaré tanto el calendario…” ¡completamente convencidos y casi, casi arrepentidos! Pero la verdad es que la oferta es tan atractiva durante todo el año que cuesta mucho frenar esa pasión que corre por nuestras venas. Así que, con una taza de café humeando sobre el escritorio, bolígrafo, papel en mano y toda la información a la que nos da acceso internet… es casi inevitable caer de nuevo en la tentación de dibujarnos una temporada emocionante y apasionante, pero un poco pasadita. Y, consecuentemente, de lo que no somos capaces, en ese momento, es de volver a imaginar que nuestro estado tanto físico, como anímico, a partir de septiembre, seguramente no será el mismo.
Paso a paso
Empezamos la temporada enchufadísimos. ¡Esta sensación es irrepetible! Si hemos planificado bien y hemos hecho los deberes, estamos cargados de energía en todos los sentidos: desbordamos brío a nivel físico, emocional y psicológico. Nos recuperamos físicamente con facilidad de las competiciones; somos capaces de gestionar correctamente a nivel emocional los malos momentos o las carreras poco acertadas y sacar buenas conclusiones para seguir mejorando. En resumen, ¡estamos, literalmente, a tope y sentimos que podemos con todo! Qué sensación tan brutal, ¿verdad? Llega el verano, una época genial: buena meteorología, paisajes que nos hacen caer de culo tanto en carrera como durante los entrenamientos, días largos, reencuentro con muchos compañeros, etc. Pero también y, aunque no seamos muy conscientes de ello, el verano siempre es un punto de inflexión clave que marca un antes y un después en nuestras temporadas:
Cambiamos hábitos: los horarios varían, la alimentación cambia, tenemos más tiempo para entrenar, entran en juego las vacaciones familiares…
La meteorología es bastante más agradecida que en invierno pero, a la vez, es dura y agotadora, ya que verano sí, verano también, aunque seamos rigurosos y cuidadosos, algún día regresamos a casa con principio de deshidratación, con muchas horas de sol en la cabeza, con la piel tostada… y el calor puede ser más duro que el propio frío.
Muchos de nosotros tenemos algunos de los grandes objetivos de la temporada en este período anual. Carreras como las de UTMB, las de Andorra, Ultra Pirineu, las de etapas del mes de septiembre como la Gore-Tex Transalpine Run, entre muchísimas otras. En general, son competiciones que exigen gran cantidad de horas de entrenamiento previo y gran cantidad de energía para superarlas el día o días que se llevan a cabo.
La vuelta
Y, entonces, llega “la vuelta”. La vuelta de vacaciones, la vuelta al día a día, la vuelta a la rutina, la vuelta a retomar entrenamientos para lo que queda de temporada… Hablamos de cómo gestionar esta vuelta a nivel deportivo y personal hace justo un año en el número 25 de la revista que os animo a recuperar. Seguramente, esta vuelta nos trae buenos hábitos. Nos ordenamos de nuevo, nos centramos, acaban los horarios intempestivos, las cenas copiosas, las cervecitas de más, las horas al sol, los hijos vuelven al colegio, etc. Pero cada cambio pide un esfuerzo de adaptación y debemos superarlo. En cuanto a nivel competitivo, inevitablemente ya no estamos tan frescos ni físicamente, ni emocionalmente, ni psicológicamente. Ese garbo de los meses de primavera se ha desvanecido o quedan únicamente algunos vestigios escondidos que hay que buscar bien. Puede incluso que ya arrastremos alguna molestia o lesión que, aunque no sea grave, ya no gestionemos, ni soportemos, ni cuidemos con la misma energía. Y no tanto por despreocupación, sino por desgaste. Puede también que nos dé algo más de pereza desplazarnos o viajar para los últimos retos. Puede también que ya no seamos tan cuidadosos con los entrenamientos. Que olvidemos o pasemos de puntillas por el trabajo de fuerza, aquel que nos da un poco de pereza y ya no le vemos sentido… ¿para lo que queda?
Que descuidemos la alimentación o las horas de descanso efectivo… ¿Quién no se ha encontrado nunca con alguna de estas situaciones a finales de una de sus temporadas? Creo que me atrevo a meter la mano en el fuego y apostar que todos y cada uno de nosotros, los ambiciosos y apasionados corredores de montaña, nos hemos encontrado en algún momento en esta situación de desgaste que incluso nos ha llevado, por unos días o semanas, a odiar lo que estamos haciendo, cuando en realidad es uno de los motores más importantes que tenemos. Entonces, si somos conscientes de ello, si nos hemos encontrado con esta situación en alguna ocasión, si sabemos de antemano que no nos gustará llegar a estos límites… ¿vamos a ponerle solución? En este artículo voy a proponeros soluciones para intentar no llegar quemados a final de temporada y poderla disfrutar de inicio a fin. Antes de empezar debemos ser conscientes de que para conseguir tal objetivo, como todo en la vida, deberemos ser proactivos y poner mucho de nuestra parte para alcanzarlo. Pero con nuestra ambición y pasión a partes iguales, estoy convencida de que lo conseguiremos. Vamos allá: 1.
Separa un poco más las competiciones principales, sobre todo durante la primera parte de la temporada. Estamos ansiosos, tenemos sed de dorsal, pero debemos ser capaces de mirar un poco más allá y saber que tendremos tiempo de sobra para satisfacer esta sed. Mi entrenador siempre me repite: “Anna, debes llegar a las competiciones con ansias de correr, como los caballos de carreras que les tapan los ojos hasta el momento de la salida y entonces salen como bestias, a por todas”. Si dejamos algo más de espacio entre competición y competición, podremos recuperarnos mejor, entrenar de nuevo, mejorar aquellas pequeñas cositas que vale la pena ir retocando y llegar con fuerza a la siguiente sin restarnos energías. 2..
Realiza una preparación general muy cuidadosa. A principios de julio, leía un tuit de Tófol Castañer, el veterano y experimentado corredor de Salomon, que decía que, “en ese momento, tocaba invertir en trabajo de cuestas, escaleras, series, fuerza, compensatorios, etc. para llegar a tope hasta octubre”. ¡Cuánta razón! Pensé. No olvidar este tipo de entrenamiento favorece nuestro estado físico óptimo y se traduce en menos lesiones físicas, más aguan-
te psicológico y más energía emocional. ¿Qué les pasa a los equipos de fútbol que, por la razón que sea, ese verano no han podido realizar una buena pretemporada? Generalmente, a mitad de liga o cuando llegan las finales importantes empiezan a fallar estrepitosamente y pierden los partidos en los que no podían fallar. Dentro de esta partida cabe añadir que debemos cuidar cada uno de los detalles durante todo el año: la alimentación, los recuperadores y suplementos -siempre bajo la tutela de un especialista-, respetar los descansos, hacer revisiones periódicas, no acudir al fisio únicamente cuando tenemos problemas, sino hacerlo con previsión y constancia, etc.
3..
Busca un espacio durante la temporada para aflojar un poco. Sea cual sea el momento que creas oportuno, aprovecha para tomar aire, desmelenarte y despreocuparte un poco –sin pasarnos, que luego cuesta mucho volver a coger ritmo. El cuerpo y la mente lo agradecerán y volverán con más fuerza. Puedes planificarlo con tu entrenador.
4..
Sé consciente de que, aunque hagas todo esto… aún así llegamos a final de temporada un poco cansados y que, si los objetivos que nos quedan son importantes para nosotros, deberemos ser valientes, fuertes y poner mucho de nuestra parte para poderlos alcanzar con garantías. Así que nos quedará hacer un pequeño esfuerzo extra final y seguir siendo cuidadosos en todo: en el descanso, en la alimentación, en los entrenamientos complementarios, etc. Con el cansancio es fácil despreocuparse un poco y desconectar antes de tiempo. Esa pasión, esa ambición de la que os hablo y que tan bien conocéis, deben jugar a nuestro favor y, si las usamos de forma inteligente y coherente, tras algunos años de ensayo-error y con la ayuda de nuestro entrenador, dietista, fisio, etc. seremos capaces de gozar y sobrevivir incluso a la segunda parte de la temporada que es la que nos viene ahora. ¡Ánimo y a disfrutar que aquí hemos venido a esto!