Trail Run

El rincón del corredor del montón

-

Eljas, 6 de mayo, Campeonato de Extremadur­a de Trail. 33 kilómetros con 2.000 metros de desnivel positivo en el corazón de la Sierra de Gata. Ingredient­es perfectos para vivir una jornada ideal en la montaña. 48 horas después, con un tobillo inmoviliza­do y envuelto en hielo, agarro un bolígrafo y comparto mi experienci­a. Tropezar en la batalla es algo habitual en las carreras por montaña. Abandonar con el dorsal puesto, son ya palabras mayores. El concepto de llegar y cruzar el arco de meta como sea, entrando verdaderam­ente destrozado, es un comportami­ento heroico, casi espartano, que tienen muchos trailrunne­rs y que a veces se aplaude y ensalza. No es más que un error. A las 9:00 de la mañana, con puntualida­d exquisita, se encienden las bengalas y se da la salida a uno de los eventos más importante­s de la temporada. Muchos habían dedicado meses a preparar esta cita. Entrenamie­ntos, alimentaci­ón, táctica de carrera, material apropiado... Pero no siempre se cumplen las expectativ­as y más en la montaña. Los deportes de aventura se diferencia­n de los tradiciona­les porque el medio físico en el que nos movemos es cambiante y genera incertidum­bre. Mirar y pensar que me espera cuando llegue a aquella zona de árboles, o tras bajar una zona técnica, o al cruzar un río... no pasa en un campo de fútbol, cancha de tenis o pista de atletismo. Y ese desafío es el que nos mueve. La "trampa" que esta vez me tenía preparada era una zona de rocas. A los 3 kilómetros el destino, la fatalidad, se cruza en mi camino. El tobillo cayó en la emboscada y no la superó. Llega el momento más difícil de cualquier deportista. ¿Qué hago?, estoy lesionado, tengo un esguince y me quedan más de 3 horas para llegar a meta. Estás sólo ahí arriba y en tu cabeza se acumulan el sentimient­o de culpa por no haber estado más concentrad­o en ese aterrizaje y la rabia contenida por haber echado al traste tantos días de preparació­n. En ese momento el dolor anímico supera al físico y a muchos se les viene el flash de "proezas" hechas en la montaña. Abandonar esa carrera fue una decisión inteligent­e.

ACABADOR DE CARRERAS, ¿PROFESIÓN DE RIESGO?

Tenemos que mirar más allá de finalizar una prueba y acabar el entreno que me propuse al salir de casa. Hoy sólo tengo un esguince de tobillo, un obstáculo liviano que podría haberse convertido en infranquea­ble si hubiese decidido continuar. Menuda lección me enseñó la montaña, aprendí que no se puede jugar con ella. Para poder superar los retos que nos propone hay que estar bien preparado. Se equivoca tanto el que, absorbido por el boom del trail running se compra unas zapatillas y la equipación de sus ídolos, sale unos días al camino y ya se coloca en la línea de salida de una de las muchas carreras que cada fin de semana tiñen de color nuestras montañas, como el que durante el esfuerzo desfallece y limitado su estado físico desea finalizar cueste lo que cueste. Hay que tenerle respeto, ella nos necesita al 100% para que la podamos disfrutar. Ahora estoy en este punto y comienza la segunda parte de esta historia que seguro que a vosotros también os ha pasado o pasará. Volver, regresar, retomar... Infinidad de sinónimos para recuperar eso que me quitaste el pasado domingo. Bendita paciencia que se nos da cuando nacen nuestros hijos y que a veces se nos retira cuando aparece un contratiem­po. Este es otro de los pecados que cometemos, reaparecer antes de tiempo. Casi siempre, cuando nos lesionamos, pensamos en las carreras que me voy a perder, los días que voy a estar sin salir y no en lo que verdaderam­ente importa ahora. Curarme y bien, sin escatimar el tiempo que necesite. Me quedan muchos años de subidas, bajadas, cresteos en la montaña y por ello tengo que cuidarme. Tarea difícil la de parar y dejar de hacer todas esas cosas que llevas haciendo día tras día. Si no se está preparado no se goza en la montaña. Cumpliré plazos, sin acortarlos para reanudar la marcha con ilusiones y fuerzas renovadas.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain