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Una runner mítica
Cuentan que Odiseo se ganó la mano de Penélope en un concurso pedestre… Más complicado se lo puso Atalanta a sus pretendientes, que no solo debían competir por ella, ¡sino contra ella! «Poseída no he de ser, salvo vencida primero en la carrera —decretó la única mujer enrolada en los Argonautas—. Con los pies contended conmigo. De premios al veloz, esposa y tálamos se le darán; la muerte, el precio para los tardos. Tal la ley del certamen sea». Rápida a la par que bella, derrotaba a sus enamorados aun dándoles ventaja. Y si Hipómenes le ganó, fue porque hizo trampas. Es una larga historia; que Ovidio termine de contárosla.
«Solo confío en mis piernas; ella son mi único amigo». Gerónimo
Estar en plena forma es cuestión de vida o muerte cuando ofrecen por tu cabellera dos mil dólares de recompensa y tienes a cinco mil soldados estadounidenses al galope pisándote los talones. Buen corredor como era, el jefe apache logró darles esquinazo durante décadas, pues, al contrario que los rostros blancos, su pueblo no dependía de caballos que se paran a repostar cada cuánto. Antes de que los españoles introdujeran esta nueva tecnología en América, los nativos cabalgaban a zancadas y se entrenaban desde pequeños con ardor guerrero. Uno de los ejercicios consistía en correr con la boca llena de agua, ¡y no vale tragársela! El propósito era aprender a respirar por la nariz, para no deshidratarse en las llanuras desérticas de Arizona y Nuevo México.
Competiciones faraónicas del Antiguo Egipto
Faraones como Ramsés II tenían que revalidar su mandato cada treinta años sometiéndose a unas pruebas de resistencia mínimas que incluían una carrera ceremonial donde el monarca en cuestión recorría la distancia establecida entre dos semilunas dibujadas en el suelo, lo cual venía a representar que seguía en plena forma para gobernar.
1925
El Club Alpino Español organiza el primer «concurso para señoritas» conocido en la Sierra de Guadarrama, una carrera en que podían participar mujeres, aunque con un recorrido menos exigente que el de los caballeros.