No olvidemos a las víctimas de la N-1

Estimados señores. Soy una víctima más de la N-1 y cuando escucho argumentos en contra del traspaso de camiones a la autopista AP-1 no doy crédito a lo que leo. ¿De verdad que estamos condenados a seguir igual? ¿Por qué? Porque los camiones tendrán que pagar unos peajes o porque unos cuántos negocios se quedarán sin clientes. ¿Y...? Muchos de los que vivimos próximos a la N-1 hemos enterrado a familiares y amigos muertos en accidentes de tráfico que podrían haberse evitado, si hace años se hubiera decidido trasladar los camiones a la AP-1. ¿A qué estamos esperando entonces? ¿A seguir engordando la lista de víctimas? Entiendan ustedes que no es una crítica al reportaje que aparece en su revista, pero quiero que también entiendan que las víctimas de la N-1 exigen soluciones.