Pregunta: ¿En qué se ha convertido el transporte?
Si el nuevo ministro de Fomento, José Luis Ábalos, quiere aprender algo de transporte por carretera mi consejo es que se meta en Facebook y consulte cualquiera de los muchos foros que funcionan en internet. Yo lo hago a diario y lo que cuentan no deja de sorprenderme. Ayer, por ejemplo, un camionero español subió la foto de un colega griego conduciendo con una pierna escayolada. ¿¿??
Pero lo sorprendente no era que el colega heleno estuviera haciendo transporte internacional con una “patuca” lesionada, sino que hubiera comentarios favorables a su actitud entendiendo que “echarle un par…” es lo que hacen los buenos conductores, que de esa forma no obligan a que un compañero les sustituya a mitad de un viaje. ¿¿??
Pero continuando con los comentarios otros “intervinientes” opinaban que se trataba de un esclavo del siglo XXI que obligado por su patrono y por unas penosas condiciones laborales debía concluir viaje con la “pata quebrada” para seguir cobrando y a partir del “amor a santa nómina” cada cual se atrevía a contar experiencias similares con pies dislocados, esguinces de tobillo, brazos rotos, etc. ¿¿??
¿Qué estamos haciendo entre todos del transporte? Cómo puede ser que un conductor profesional con una pierna escayolada pueda seguir conduciendo por Europa como si se tratara del África Subsahariana y que encima esa irregularidad suicida pueda ser vista como algo inevitable y que incluso engrandece a quién lo hace. ¿Hasta dónde han caído los derechos laborales en esta Unión Europea de comerciantes y mercaderes?
Antes un conductor se lesionaba en mitad de un viaje y la empresa se encargaba de repatriarle y de enviar un chófer de relevo y ahora parece ser que no es así, quizás porque los camiones de nueva generación se pueden llevar con una sola pierna. ¿Y con un solo brazo?
Y luego hay quién discute si los descansos semanales se pueden realizar o no en las cabinas y si los chóferes son o no son trabajadores desplazados, cuando la discusión debería girar en torno a la moderna esclavitud.
¿Qué está sucediendo? Los precios del transporte cada vez son peores y simultáneamente los costes continúan subiendo, principalmente el gasoil, así que la rentabilidad de las empresas descansa sobre la deslocalización, el “dumping social” y la explotación pura y dura de los conductores. ¿Pero hasta dónde se puede continuar por este camino? ¿A dónde nos lleva?
Hace unos días Anfac volvió a la carga con su reducción de los costes logísticos y ahora, además de los megatrailer y de las 44 toneladas, lo que piden es incrementar la altura de los camiones a 4,5 metros, pero nadie habla de establecer un escenario de competencia leal y de precios justos que permitan unos salarios justos. De otra forma Europa se quedará sin conductores aunque bajemos la edad a los 15 años y habrá que buscar chóferes en las pateras.
Escuché decir a la nueva ministra de Economía, Nadia Calviño, que un país que mira al futuro no puede apostar eternamente por salarios bajos y derechos laborales reducidos y que había llegado el momento de cambiar de música. ¿Y en el transporte qué?
Desconozco qué planes tiene el nuevo Gobierno con respecto al transporte de mercancías por carretera, pero mientras el resto de departamentos van a tener ministros a “full time” el ministerio de Fomento tendrá un titular que seguirá ocupándose simultáneamente de la Secretaría de Organización del PSOE. Eso me parece que ya dice algo.
La rentabilidad no puede estar en los salarios low-cost y en pocos derechos laborales.