Camiones peregrinos
ROMERÍA DE LA VIRGEN DEL ACEBO
Colgada en el cielo de la montaña de Cangas del Narcea a más de 1.200 metros de altura se encuentra el Santuario de la Virgen del Acebo, un lugar de tradicional peregrinación que año tras año es puntualmente visitado por los camiones clásicos de Asturias.
Enclavada en la Sierra Occidental del Acebo a más de 1.200 metros de altura, la ermita de Nuestra Señora del Acebo se yergue orgullosa y desafiante de vientos y tempestades para dar cobijo al peregrino y ayuda espiritual a los creyentes.
Para los Amigos Asturianos de los Camiones Clásicos su particular romería para visitar a la Virgen es ya una tradición anual. Además del respeto a la Santa también es un buen motivo para sacar a relucir los viejos trastos, compartir una jornada festiva y, como no, deleitarse con las maravillas gastronómicas de esta parte de Asturias.
Perfectamente organizada por Alfredo Riesco, además de los tradicionales asistentes en esta ocasión hizo acto de presencia el “Comando Galaico” con Pedro y Antolín y señoras de la familia Seoane escoltados por Lucía, Pedro y Alex.
En el bucólico paraje del pantano de Pilotuerto se produjo el agrupamiento de la tropa, para más tarde llegar a la villa de Cangas del Narcea en alegre caravana. Allí la hospitalaria policía municipal tenía preparado el parking en la zona de los juzgados, un buen lugar para coger fuelle con la rica empanada y el fuerte vino tinto “cangués”, tan duro como oloroso y original.
Subida en pelotón
La dureza y exigencia del ascenso a la Virgen del Acebo hace que haya sido elegido varias veces como final de etapa en la Vuelta Ciclista a España.
En un recorrido de 9,2 kilómetros se ascienden 850 metros con una gradiente media del 8,7%. ¡¡Casi nada!! Después vienen otros 3,5 km son de llano, siendo el tramo final el mas duro del recorrido. No resulta pues extraño que los viejos corazones de
estos veteranos s trastos se pusieran a tope de revoluciones para poder conseguir llegar a la meta situada en la cima del monte.
En un día esplendoroso y soleado la comitiva fue llegando con el resuello a tope a los pies de la ermita que data del siglo XVI, muy visitada por los milagros que a la Virgen del Acebo se le atribuyen desde 1575. La estrecha ruta hizo que todos circularan con los cinco sentidos hasta llegar a la meseta donde se hizo una parada “técnica” en la capilla de La Pilarina.
El último tramo fue el más exigente para las mecánicas pero el paisaje de alta montaña que se abría ante nosotros merecía la pena de ser contemplado. Una vez en la cima los camiones se colocaron al pie de la ermita.
Como buenos devotos y una vez presentados los respetos a la Señora los participantes tomaron asiento en el restaurante El Río, que avitualló a los romeros mecanizados con lo mejor de su cocina y a los postres se entregó una placa conmemorativa al “Comando Galicia” en la persona de Pedro Seoane, como reconocimiento a su esfuerzo en participar en esta jornada festiva.
Y antes de que “bajara la nube”, como dicen los lugareños, la comitiva inició el regreso a sus lares con un alto en el camino, otra vez en Pilotuerto, para las despedidas y los abrazos y así se consumó un año más la tradición “mariana” de la Asociación.