La revolución del transporte
Cien días de gobierno socialista y en el “minuto noventa” el ministro de Fomento ya ha puesto la euroviñeta sobre la mesa. Está muy bien eso de “nacionalizar” autopistas y construir nuevas infraestructuras viarias pero, como se pregunta José Luis Ábalos, cómo hacemos para costear su mantenimiento. Por lo pronto la política de peajes obligatorios continúa.
El transporte por carretera se encamina hacia una revolución total, un cambio de modelo que viene empujado por cuestiones medioambientales y económicas. Las primeras obligan a la sustitución progresiva de los combustibles fósiles por energías sostenibles -primero- y por la electrificación cero emisiones -después-, mientras que las segundas persiguen la reducción de costes logísticos a través de la conducción autónoma.
La última edición del Salón de Hanover (IAA) nos ha demostrado que la electricidad moverá los camiones del futuro, incluso los tráiler. Los expertos calculan que en 2031 -pasado mañana- el coste de un camión diésel pesado será similar al de un modelo de propulsión eléctrica de las mismas características, aunque su mayor o menor difusión dependerá de cómo se desarrollen los mecanismos de recarga.
En cuanto a la conducción autónoma tan sólo hay que montarse en los nuevos Mercedes Actros, los primeros camiones europeos que incorporan en este sentido tecnologías de “Nivel 2”. Los fabricantes y las autoridades europeas han negociado cinco escalones para llegar a una conducción autónoma total, algo que presumiblemente se producirá antes de 2040.
En la IAA ya se escuchó que los gurús estiman que en las proximidades de ese año se producirá una considerable reducción de los costes de explotación de las flotas de transporte, algo que seguramente vendrá dado por un ahorro en el apartado salarial.
Pero volvamos al presente. Un New Actros ya puede moverse sólo, aunque la normativa vigente todavía exija que un chófer se encuentre a los mandos. Si analizamos las cualidades y posibilidades del nuevo Active Drive Assist comprobaremos que se trata de un “conductor tecnológico”, un supersistema inteligente encargado de gestionar todos y cada uno de los restantes sistemas para hacer que el camión se mantenga en línea recta dentro de su carril. Y cuando toca detenerse la nueva generación del frenado Active Brake Assist lo hace de forma automática y total.
Todo ello junto a un optimizado Cruise Control Predictivo que ahora es capaz de reconocer carreteras secundarias y con ello anticiparse a rotondas, travesías y otros obstáculos, estando capacitado para establecer “hojas de ruta” con dos kilómetros de antelación.
Entre 2019 y 2020 vamos a ver muchos “new” en todas las marcas y es de prever que las coincidencias serán muchas. Y habrá un “Nivel 3”, un escalón que los responsables de Mercedes-Benz ya han adelantado que van a saltarse porque para los clientes la relación coste-beneficio no les merecerá la pena, de forma que en el horizonte de 2025 lo que tendremos en nuestras carreteras serán camiones prácticamente autónomos. En Estados Unidos este tipo de vehículos ya están circulando en modo prototipo.
Lo dicho. El transporte de mercancías por carretera se encamina hacia un cambio total de modelo, algo similar a cuando se evolucionó del vapor al motor de explosión. Como cuando en los videojuegos se pasa de un nivel a otro con un antes y un después.
No nos queda tanto para que veamos camiones pesados eléctricos y autónomos.