Nadando con el art
Podría parecer que ponértelo pueda ser más costoso que con otras versiones más elásticas, pero sorprendentemente, esos rigidos paneles frontales, hacen que las piernas entren de un sólo tirón desde la cintura. Se ciñe al cuerpo como sólo lo hacen neoprenos como un Orca Alpha (aunque este flota menos) o un Sailfish G-range (que no es tan elástico de brazos como el ART). Desde las primeras brazadas sientes como si te hubieran atado una pequeña tabla de surf desde pecho hasta las rodillas, mucho más sólido y deslizante de lo habitual. Sin embargo puedes estirar con total libertad el brazo para agarrar agua, con una respuesta inmediata de velocidad. Esto, al no permitir que retuerzas tanto el torso, provoca que el rolido sea más marcado, con lo que la respiración es más cómoda y menos forzada. Un inconveniente es que necesitas que alguien te lo cierre, ya que la cremallera empieza su cierre por el cuello y además el pecho es más rígido de lo habitual. Al quitártelo es inversamente proporcional, cuando accionas el tirador, las solapas de la cremallera saltan casi solas y de un tirón lo bajas hasta los tobillos. Al ir tan pegado al cuerpo, casi no se carga de agua, por lo que correr con él hacia boxes es una ventaja respecto a modelos más elásticos que permiten flujos internos desde el cuello.