Lydia E. Corral, galardonada con el Premi Flor d’Ametller
La periodista gastronómica es reconocida por su labor de divulgación del fruto, su cultivo y consumo en sus recetas y crónicas culinarias
La periodista gastronómica y colaboradora de
Ultima Hora, Lydia E. Corral, recibió el Premi Flor d’Ametller, que otorga el Consell de Mallorca y la IGP Almendra de Mallorca. Un galardón que reconoce el trabajo de personas o entidades que fomentan este fruto, su cultivo y consumo.
El presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, junto a la consellera de Promoció Econòmica i Desenvolupament Local, Pilar Amate; el director general de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, Joan Llabrés; el presidente del Consell Regulador de la
IGP Ametlla de Mallorca, Miquel Riera, y el director insular de Promoció Econòmica i Producte de Mallorca, Álvaro Roca, entre otros representantes de entidades agrarias y marcas de calidad de Mallorca asistieron al acto celebrado ayer por la mañana en la finca Son Gallard Vell.
Por su parte Lydia E. Corral recordó, tras recibir el galardón de esta tercera edición del Premi Flor d’Ametller, que «el aroma y el sabor de la almendra mallorquina y la belleza de sus flores me ha acompañado en alguno de los mejores momentos de mi vida. Recuerdo los campos cubiertos
de un manto blanco, a veces rosáceo de las flores de almendro. Me gustaba pasear por ellos, coger alguna rama y pintarlas en casa. Parece que fue ayer cuando en el recreo íbamos a comer los primeros almendrones, los recuerdo grandes, con la piel verde exterior brillante, ácida y crujiente en boca, la almendra sin formar y líquida». La galardonada confesó que «en agosto llegaba la hora de recoger las almendras del jardín, una tarea que no me gustaba porque me caía en los brazos un molesto pulgón».
«En noviembre mi padre se ponía a picar almendras para el turrón navideño. Cuando faltaba una semana para Navidad se escaldaban
las almendras para retirarles la piel y se molían en una picadora manual. El olor que desprendía esa almendra picada, su aceite era muy especial. En casa hacíamos turrones variados, siempre con la base de almendra y dirigidos por mi madre».
Y finalizó sus palabras señalando que «después de unas décadas tristes para los almendros, el campo mallorquín vuelve a cubrirse de flores, flores de almendro, la flor de Mallorca». Los asistentes, tras el acto, pudieron degustar algunas propuestas elaboradas con almendra de Mallorca.