El abandono se adueña de Son Gual
▶ Los vecinos lamentan sentirse marginados en inversiones y reclaman tener más atención de Cort y la prometida área recreativa
«Estamos tan abandonados que ni en Navidad nos ponen una triste luz», lamentan los vecinos de un espacio que marca los límites de Palma con Algaida y que clama una vez más contra el abandono y la falta de inversiones e infraestructuras. Aseguran que Son Gual es la muestra más clara de la dejadez por parte de Cort. Cerca de un millar de personas residen en los dos núcleos principales: Son Gual I –con un perfil más de urbanización–, mientras que Son Gual II aglutina promociones, viviendas unifamiliares y de protección oficial.
La carencia de infraestructuras mínimas –asfaltado, iluminación, transporte público, servicios o parques– lastra a un colectivo vecinal que, en Son Gual II, reúne a un centenar de socios en la asociación que preside Antonio Vázquez. «Nos entregaron una viviendas de protección oficial sin servicios. Nos engañaron, nos sentimos totalmente desamparados», explica el dirigente vecinal, que espera la visita del alcalde, Jaime Martínez, para conocer las inquietudes «de unos vecinos que somos de Palma, que pagamos nuestros impuestos, pero que no tenemos los mismos servicios y ventajas», apostilla.
En Son Gual II se sigue construyendo, aunque ya existen 36 VPO y más de 200 particulares. «Pagamos un IBI alto, como zona nueva, y no tenemos servicios porque el Ajuntament de Palma no nos ha recepcionado en su totalidad. Pero tampoco nos puede dejar tirados», prosigue Vázquez, quien recalca que piden, por activa y por pasiva, la construcción de una área recreativa polivalente y multiedad en una zona verde. El proyecto ganó el proceso participativo en 2019, por valor de 100.000 euros, y debió ser trasladado a los presupuestos de 2020. «Pero nunca más se supo», agrega Antonio Vázquez. «Es triste que los niños no tengan un espacio para jugar», asegura.
Asfalto en mal estado, pegotes de cemento y hormigón en las cunetas, bocas de incendios destrozadas, vertidos de escombros, «85 farolas que no funcionan, calles a oscuras e inseguras, señales que no se ven porque están desgastadas, no tenemos casal de barri ni un punto de encuentro como un parque... ni bar, ni farmacia, ni supermercado...», enumera el presidente del colectivo, que espera noticias sobre el nuevo bus a demanda de la EMT.
Dependen para algunos servicios de Sant Jordi, como el centro de salud, pero el PAC está en Son Ferriol y con Son Llàtzer como hospital de referencia. Destacan, eso sí, el buen funcionamiento de Emaya y señalan que, en Son Gual II, además de las VPO, el núcleo particular de Sa Marina de Son Gual se muestra activo, contando con asociados.
Peligrosidad
La clave «es que nos recepcionen. No podemos seguir así. Queremos ser igual que el resto», añade Vázquez, quien agradece la implicación del Policía de Barrio, aunque sí recalcan que «debe haber más presencia». Vertidos ilegales, grafitis, tapas robadas y que ponen en peligro la circulación de los peatones... parches que solventan con palés y tablas y que dicen poco de una barriada «en la que Palma no invierte, comparado con lo que se paga de IBI», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de Son Gual. Los niños y niñas de Son Gual cuentan con colegios públicos en Son Ferriol o Sant Jordi, y su instituto es el IES La Ribera (Platja de Palma) «y este año, por primera vez, hay transporte escolar, pero sólo hasta Sant Jordi», comenta.
En el caso de Son Gual I, urbanización de los 80 próxima al acceso desde la autovía de Manacor –junto al parque temático de dinosaurios, cerrado hace años–, reúne a una treintena de viviendas, también sin recepcionar y que pagan los impuestos «igual que el resto», sufriendo una carencia de infraestructuras patente nada más pisar sus calles. Les separa de Son Gual II el torrente des Clot Net y un par de kilómetros, pero les unen muchas necesidades conjuntas. Los vecinos creen que ya ha llegado el momento de que el Ajuntament se ponga manos a la obra.
Sombra en la plaza de los Patines
El Ajuntament de Palma pondrá en marcha, en abril o mayo, un plan piloto para dotar de sombras la plaza del los Patines, con la instalación de pérgolas y así lograr mitigar las altas temperaturas en el espacio público.