«La satisfacción que uno siente al ayudar al que lo necesita es enorme»
El fisioterapeuta ha organizado una fiesta solidaria el sábado para conseguir fondos para crear una sala de integración sensorial en la sede de la Asociación Ningún Niño Sin Terapia
Ramón Romero, granadino que ha desarrollado una carrera brillante en diversas universidades europeas, como investigador y también como docente, decidió instalarse en Mallorca porque aquí viven sus mejores amigos, tras una larga estancia en Florencia. Admite que le gusta tirarse a la piscina sin mirar si hay agua, y también que lo que de verdad le ‘tira’ es volver al pueblo donde viven sus abuelos, de solo catorce habitantes durante el invierno, pero que llega al centenar en verano. Es simpático, hablador, y lo más importante, solidario, porque la carrera que ha elegido solo tiene sentido si es para ayudar a los demás.
¿Qué terapia es la Ocupacional?
—Decidí estudiar Terapia Ocupacional porque es una profesión sanitaria que te permite ayudar a quien más lo necesita mejorando su calidad de vida a través de la rehabilitación, tanto en personas que tienen una discapacidad física como en las que la tienen mental. La fisioterapia es otra profesión que decidí estudiar y que permite ayudar a las personas que tienen algún tipo de malestar o dolor a través de lo que son los agentes físicos, en cambio mediante la terapia ocupacional se rehabilita, pero a través de las actividades de la vida diaria.
¿A que se refiere con actividades de la vida diaria?
—Le pongo un ejemplo, a una persona que padece ictus le enseñamos a comer, a andar o a hacer las transferencias de la butaca a la silla de ruedas, o a vestirse, lavarse, para que sea
de nuevo independiente. Somos entrenadores, pero para enseñarles a retomar la vida diaria de manera independiente tras
haber padecido una enfermedad grave.
Lleva relativamente poco tiempo
viviendo en la Isla y no para de hacer cosas...
—Llevo año y medio viviendo aquí y me encanta. Me vine tras acabar mi máster en Florencia porque mis dos mejores amigos viven aquí. Mi idea era empezar una nueva vida antes de regresar a Granada dentro de unos años, porque para mi la familia, incluso la ciudad es importantísima. En fin, que decidí tirarme a la piscina de Mallorca sin pensar si había agua o estaba vacía. Me hice autónomo, y comencé a trabajar en una clínica ya como graduado en Fisioterapia, y Terapia Ocupacional, tengo un máster oficial en antropología física y forense y máster en investigación de los trastornos de los movimientos y alteración funcional y actualmente estoy estudiando osteopatía.
Es usted un ‘cerebrito’.
—Me gusta ayudar a la gente. La satisfacción que uno siente cuando ayuda a quien lo necesita es enorme. Al comenzar a trabajar en la clínica conocí la Asociación Ningún Niño Sin
Terapia, una asociación de niños con autismo donde necesitaban un terapeuta ocupacional.
¿Es por eso por lo que se ‘encierran’ en sí mismos?
—No se encierran, simplemente son personas con un cerebro distinto al nuestro. Un niño con trastorno del espectro autista (TEA), es totalmente distinto a otro niño con trastorno del espectro autista. Cada cerebro es distinto, cada persona gestiona la información de manera distinta.
El otro día se celebró el día del autismo y vi en televisión algunos testimonios de personas que padecen el trastorno…
«Los niños con autismo tienen muchos problemas de integración sensorial, tienen un cerebro neurodivergente»
—Son totalmente ‘normales’, pero sienten las cosas de manera totalmente distinta a como las sentimos el resto y eso es algo que les limita. Todas las terapias de integración sensorial van enfocadas a normalizar la información que llega a través de los sentidos y que los niños lo integren de otra manera. La implicación de los padres es importantísima.
Esta preparando una fiesta solidaria, ¿cuénteme?
—Es una fiesta de amigos solidarios el próximo sábado, en una villa de Son Vida, llamada The Art of Energy Villa, a la que me gustaría que asistieran muchos de los que están leyendo esta entrevista. Será de 12 a 16 horas y habrá música y comida a cargo de Avocado Mallorca. El donativo de 50 euros, por persona, irá íntegramente a crear una sala de integración sensorial en la misma sede de la asociación. Es una asociación de solo 60 miembros, pero ayudamos a muchos y la sala multisensorial es muy importante, como la de terapia ocupacional, musicología, la de psicología, y ahora necesitamos esa sala multisensorial. Necesitamos 18.000 euros y espero poder conseguirlos con la fiesta del sábado. El 26 de mayo haremos otro fiestón en el local de la asociación Ningún Niño Sin Terapia