Suite Coll
Permítanme considerar la propuesta gráfica de Pep Coll (Palma, 1959) y su exposición La confessió d’un pocavergonya en 6a Taller i Galeria d’Art de Palma, como una suite. Estrictamente, una suite sería una determinada forma de disponer diferentes piezas musicales con una temática troncal común. Me tomo esta licencia por el hecho de que la exposición, además de la pintura y obra gráfica original expuesta, se complementa con un tema musical creado ad hoc por Pau Mas Salom y una lectura dramatizada de poemas dirigida por Antoni Maria Thomàs. He aquí las diferentes piezas de esta Suite Coll.
La tentación de comentar estos valores añadidos no debe apartarnos de nuestro propósito principal de hablar de la obra pictórica y gráfica original expuestas. La confessió d’un pocavergonya se compone de catorce telas con un componente cromático muy acentuado donde el color establece la superficie, el territorio común donde ocurren las cosas que Coll quiere representar a partir de los elementos y grafismos que rellenan estos territorios. Por otra parte, la obra gráfica (litografías y xilografías, siete en total) parecería que han ido complementando y ampliando el registro de referencias a la poesía de Sergei A. Iessenin (1895-1925). La poesía de este autor ruso y, especialmente, el poema homónimo que da título la exposición son la referencia atávica y movilizadora de esta iniciativa. En este punto, Coll se muestra en todo momento muy explícito.
Hablábamos al principio de una suite. Pintura, música, teatralización partiendo de la energía motivadora de un poema que en su día marcó al artista. Así, pintura, música, teatro y poesía acaban conectados temática y conceptualmente a la exposición que nos ocupa. Y, como suele ocurrir con la obra de Coll, para reforzar en el núcleo del acto creativo el instinto que busca conectar: con el autor, con otras personas, con nosotros mismos y alguien, incluso, con lo que considere más sagrado o querido. Y en el arte contemporáneo no siempre es sencilla esta conexión, seguramente porque nuestras sociedades son cada vez más complejas, pero ahora no abriremos ese otro melón. No tener certezas absolutas sobre una obra y, al mismo tiempo, sentir una atracción, me produce una extraña sensación de magia. El no disponer de certezas absolutas, de no contar con todas las claves para interpretar, me acaba provocando una consciencia mala de definir, pero que generalmente me deja asombrado. Es exactamente lo del aforismo que se atribuye a George Braque: «En el arte solo importa lo que no se puede explicar». Y las criaturas que quiere representar Pep Coll hace mucho tiempo que me vienen asombrando.
En el momento de redactar estas líneas, no he podido determinar qué día podremos presenciar la lectura dramatizada, ni cómo se estructurará con la composición musical de Pau Mas, pero no tengo ninguna duda de que el equipo de 6a nos tendrán puntualmente al corriente, para terminar de hacer esta suite Coll, aún más interesante. Permanezcan atentos a sus pantallas.
La confessió d’un pocavergonya.