Vanity Fair (Spain)

In Memoriam

LA COLOMBIANA DORIS SALCEDO HACE ARTE SOBRE LO QUE LA GENTE DESEA OLVIDAR

- Do r i s S al cedo

Siempre que los familiares de una víctima de la violencia enColombia contemplan una escultura que ha elaborado a partir de su investiDor­is Salcedo gación sobre la muerte del asesinado, se sienten invariable­mente decepciona­dos. Sus esculturas no son homenajes. La artista utiliza materiales humildes, madera vieja y áspero acero, en lugar de mármol o bronce. “Las familias no están satisfecha­s en absoluto — explica Salcedo—. Son demasiado abstractas para ellos”. La artista, de 56 años, ha dedicado su carrera a recordar y exponer lo que lamayoría de la gente trata de olvidar. Melancólic­as pero no acusatoria­s, sus creaciones evocan la dolorosa historia de suColombia natal, donde, en las últimas cinco décadas, cientos demiles de personas han sido asesinadas y hay más de 5 millones desplazada­s por la brutalidad de las fuerzas paramilita­res de la derecha y de las guerrillas izquierdis­tas.

Salcedo, una mujer de mirada firme e intensa y una corona de salvaje pelo canoso, investiga en profundida­d antes de comen- zar una obra. Reúne informes de muertes horribles y lee sobre ellas hasta que las ha memorizado. Visita las casas en las que vivían las víctimas y camina por las calles en la que fueron secuestrad­as. “Investigo no solo como periodista sino casi como un detective”, explica la artista. El resultado de su trabajo podrá verse en una gran retrospect­iva desde el 21 de febrero hasta el 24 de mayo en el Museo de Arte Contemporá­neo de Chicago ( MCA Chicago), y después viajará al Guggenheim de Nueva York. “Los tiempos que vivimos denotan conviccion­es sospechosa­s y no es fácil hoy encontrar otro artista con tantos principios”, observa

Madeleine , directora del MCA de Chicago, quien considera a Grynsztejn Salcedo “la artista más importante de América Latina y una de las más importante­s del mundo”. Después de haber alcanzado la mayoría de edad artística en un momento en el que Colombia había pasado por un período muy oscuro, Salcedo se ha mantenido fiel a ese sombrío panorama. Algunos críticos sostienen que difama al país y solomuestr­a escenas de sufrimient­o. Salcedo matiza: “Lo que es importante es ser leal al testimonio de las víctimas”. Para su obra Atrabiliar­ios recogió los zapatos demujeres que habían desapareci­do y que se emplean para tratar de identifica­r los cuerpos arrojados a fosas comunes. La artista trabaja con unos 10 colegas a tiempo completo y requiere la ayuda de expertos para ciertos proyectos. “Quiero que sea evidente que no es posible que una sola persona pueda haber hecho esto”, explica. Además, ella también depende de otros. En 1993, se le diagnostic­ó degeneraci­ón macular. Aunque usted no lo notaría al conocerla, Salcedo es legalmente ciega.

Criada en una familia de clase media en Bogotá, la escultora asistió a la universida­d en su ciudad, pero ella reconoce

que una parte importante de su educación viene de

Beatriz , artista colombiana que enseñó a un grupo de estudio González en el Museo de Arte Moderno de Bogotá. En 1982, Salcedo se trasladóaN­uevaYork, donde obtuvo un título de posgrado en la Universida­d de Nueva York y donde desarrolló su afinidad por la obra de , de , y, en particular, por la

Robert Smithson Eva Hesse de . Una de sus grandes ideas gira en torno a la his

Joseph Beuys toria de las madres que perdieron a sus hijos por la violencia de las pandillas en EEUU. Su sueño es crear una plaza en la que el nombre de las víctimas se escriba con agua. “Pero lomás difícil ha sido encontrar una ciudad que quiera reconocer la violencia armada”. Ella cree que el olvido exacerba el problema. “Si como sociedad fuéramos capaces de llorar, habríameno­s víctimas. La violencia es imparable

porque a nadie le importa”.

–ARTHUR LUBOW

Para ‘Shibboleth’, quizá su pieza más célebre, Salcedo cortó una profunda herida irregular en el suelo de cemento de la Sala de Turbinas de la Tate Modern que sugiere el abismo racista al que se enfrentan los inmigrante­s.

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JUSTICIA ARTÍSTICA Izda., la obra Noviembre 6 y 7 (2002) en la fachada del Palacio de Justicia de Bogotá recuerda la ocupación guerriller­a de 1985 en la que murieron más de 100 personas, entre ellas 11 jueces. “Fue muy importante para mí” explica la...
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COMPROMISO En el sentido de las agujas del reloj: detalles en el estudio de Salcedo; Untitled, 1998. Instalació­n en la plaza de Bolívar que recordaba el asesinato de los congresist­as. Untitled en la Bienal de Estambul de 2003. Shibboleth, en la Tate...
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