El Emperador de Como
emo Ruffini , el imperturbable emprendedor y CEO de Moncler, la firma de plumíferos más exclusiva del planeta, vive alternamente en dos mundos: uno íntimo-familiar que se desarrolla alrededor deComo, la ciudad del nortede Italiadonde nacióyreside todavía, y otro mucho más público y sofisticado, en el que ha creado la reputación de su marca. Para él, una vida consiste en ir a trabajar a su sede central enMilán y disfrutar de fines de semana tranquilos con su mujer y sus dos hijos; la otra le obliga a viajar de un continente a otro, codeándose con celebridades como Leonardo DiCaprio, Madonna o Kanye West (todos ellos, fans declarados de sus prendas). Aunque para inspirarse prefiere la atmósfera vibrante de los cruces de caminos cosmopolitas, como Londres o Estambul, donde semezclanmuchas nacionalidades, Ruffini admite que le fascinan los lugares con climas fríos. Es lógico, teniendo en cuenta que la prenda que le ha hecho multimillonario es un abrigo acrílico especial para temperaturas extremas. Esta temporada, Ruffini ha transformado esa fascinación en un programafilantrópico específico para academias de esquí a través del que ha regalado 1.300 trajes a los monitores de las escuelas de las mejores y más exclusivas estaciones de Europa (que él mismo suele frecuentar): Saint Moritz, Crans- Montana, Kitzbühel, Verbier y Megève. ¿Y cuando se derrite la nieve? Estemagnate atípico cambia el forfait por la cubierta de su yate Atalante. La espectacular embarcación –un diseño de Nuvolari Lenard– es el único lugar en el que su vida privada y pública se superponen: por un lado es un espacio de vacaciones y por otro es el espacio donde la firma celebra sus fiestas. Con 180 pies de eslora, se distingue de otros megayates por su color oscuro, sus gigantescas ventanas, su altísimo puente de mando… y por las celebrities que lo suelen frecuentar.